Atenas superó a Quimsa y, por las derrotas de Lanús y La Unión, se metió directo en cuartos.
Atenas necesitaba una cadena de favores para conseguir el pase directo a cuartos. Por eso en el entretiempo, el presidente Felipe Lábaque hacía cuentas y decía en voz alta que calculaba terminar “sextos o séptimos”. Pero el milagro ocurrió, porque el Griego le ganó a Quimsa por 91-71 e, inesperadamente, por las caídas de La Unión y Lanús, los cordobeses terminaron cuartos. Quedaron empatados en puntos con los formoseños, y con un triunfo cada uno entre sí. Pero Atenas se había impuesto por 16 de diferencia y La Unión, por 13. Eso le dio el pasaje. Recién en el segundo tiempo Atenas empezó a creer que el milagro era posible. Felo iba y venía con su radio, le pasaba data a su hijo Bruno -que estuvo en el banco pero sin jugar por una lesión- y lo mantenía al tanto de lo que pasaba en las otras canchas. Por eso, cuando terminó el partido y se enteraron de que La Unión ya había perdido y que el Xeneize le ganaba al Grana, nadie se movió del parquet hasta que terminara la acción en Buenos Aires. Ahora, el Griego sólo debe pensar en el descanso y en el cuadrangular del Interligas que jugará en Brasil ante Libertad, Pinheiros y Flamengo. El partido ante La Fusión lo empezó a encaminar en el segundo tiempo. Tras una primera mitad pareja, los locales tuvieron un enorme arranque en el tercero y ya en 6m57 lograron sacar 11 (50-39) con un buen pasaje de Lescano. Aunque los santiagueños, con bombazos, se pusieron a cuatro para entrar al último parejos. Ahí, el que afinó la puntería desde el perímetro fue Gerbaudo: metió dos bombas, sumada a otra de Gerlero, para escaparse por diez (66-56) y respirar tranquilo.
Fuente: Olé