En principio el juez entendió que fue un caso de legítima defensa. Alberto Crespi, de 48 años, se enfrentó con dos asaltantes que intentaron robarle el auto frente a su familia en Versalles. El cómplice huyó, aunque podría estar herido.
Un programador de computación mató a uno de los dos delincuentes que intentaron asaltarlo cuando llegaba junto a su familia a la casa de sus suegros, en el barrio de Versalles.
El hombre estuvo demorado más de 12 horas, hasta que el juez Fernando Caunedo, a cargo del caso, dispuso que saliera en libertad, ya que entendió que actuó en legítima defensa y además tenía todos los papeles de tenencia y portación del arma en regla.
Sin embargo, voceros del caso señalaron que la investigación sigue su curso y no se descarta que haya habido un exceso de la legítima defensa.
El hecho ocurrió alrededor de las 22 del domingo, cuando Alberto Crespi, de 48 años, llegaba junto a su esposa y sus hijos de 15 y ocho años a la casa de los padres de su mujer, ubicada en Bruselas 1076, casi esquina Nogoyá, para llevarle un medicamento a su suegro.
Mientras su esposa y los chicos cruzaban la calle, el hombre fue sorprendido por dos jóvenes en moto que lo amenazaron con la intención de robarle su auto Fiat Siena color gris.
“Dame la guita, dame el auto”, le gritó el asaltante que descendió de la moto y se le acercó, dijeron fuentes policiales.
En ese momento, Crespi extrajo una pistola calibre 40 que tenía adentro del coche y efectuó dos disparos contra el delincuente, que cayó herido en el medio de la calle.
Luego, el programador se alejó algunos metros y disparó tres veces más, tras lo cual se reunió con su familia y los cubrió para que escaparan hacia la esquina y así evitar que los alcanzara alguna bala.
Las fuentes policiales señalaron que, según los testigos, los asaltantes también dispararon, aunque esto debe ser acreditado por los resultados de los peritajes realizados a las vainas halladas en la calle y en el auto de Crespi, que recibió seis impactos: dos en la puerta del conductor y otros en los vidrios, el parante trasero y el baúl.
Por otro lado, se supo que el segundo ladrón intentó auxiliar a su compañero herido y lo subió al asiento trasero del Siena de Crespi para llevárselo con él, pero como el programador se había llevado las llaves, decidió dejarlo ahí y escapar en la moto.
Mediante un llamado al 911 los efectivos de la comisaría 44, ubicada a sólo cuatro cuadras del lugar del hecho, se acercaron y encontraron dentro del auto al joven muerto, quien presentaba una herida de bala en el tórax y algunas en los miembros inferiores.
Los investigadores secuestraron el arma que usó el programador para defenderse para someterla a las pericias balísticas correspondientes.
El joven muerto, de 19 años, vivía en el barrio Ejército de los Andes, mejor conocido como “Fuerte Apache”, de Ciudadela, y hasta anoche no se sabía si contaba con antecedentes. La policía no encontró en su poder ningún arma: “Es posible que se las haya llevado el que escapó en moto”, explicó un vocero.
Los investigadores sospechan que el cómplice podría haber resultado herido, ya que se encontraron rastros de sangre a metros del lugar, informaron fuentes policiales.
Sobre la base de esa hipótesis, personal policial realizó ayer un relevamiento en varios hospitales de Capital y el Gran Buenos Aires para intentar localizarlo.
Fuente: El Argentino