El Gobierno porteño encara desde diciembre la segunda etapa de recuperación del Parque Chacabuco, uno de los pulmones verdes más grandes de la Ciudad. Los trabajos están a cargo de Autopistas Urbanas SA (Ausa) y durarán nueve meses. El objetivo es solucionar, de alguna manera, los problemas provocados a partir del intento de construir una subida y una bajada a la autopista 25 de Mayo a la altura de la iglesia Medalla Milagrosa durante la última dictadura y que divide al predio en dos. De paso, mejorar otros puntos del espacio verde.
La “readecuación del Parque Chacabuco” se realiza en dos partes: una, que se extiende sobre la zona vecina a la pileta y a la pista de atletismo (sobre la avenida Asamblea), y otra, que abarca el centro del parque. La idea es hacer zonas de juegos para chicos (con piso de goma para evitar golpes), colocar mesas de ajedrez y de ping pong, construir y delimitar senderos peatonales de hormigón y renovar las zonas de descanso con mesas y sillas, bebederos, tachos de basura y luminarias. Además, se abrirá un nuevo camino peatonal de hormigón y se construirán dos caniles cerrados para perros.
De todas maneras, los vecinos, que reconocen que al parque le hacen falta arreglos, están preocupados por la construcción de caminos de hormigón, es decir, de calles internas para autos, que alterarían el espíritu inicial de su creador, Carlos Thays (ver recuadro). Desde Ausa, explicaron que se trata de caminos de cemento que rodearán la parte central del espacio y que el tránsito vehicular será restringido.
A partir de la queja de los vecinos por la obra, se comprobó que la misma perjudicaba el espacio verde y entonces fue suspendida y demolida. Durante una primera etapa, en 2009, se recuperó una parte del predio, con juegos para niños y hasta paradas aeróbicas. El Gobierno porteño promete concluir este año la otra parte que había quedado pendiente.
Fuente: La Razón