A contramano del mundo, aquí cae la producción de petróleo y gas

Allí se descubre que entre 2003 y 2009 la Argentina fue el único país de América latina en el que la producción de energía primaria (engloba al petróleo y al gas) bajó 7%, según datos de la Comisión Económica para América Latina (Cepal). En Perú creció 68%, en Bolivia (+51%), Colombia (+34%) y Brasil (+28%).
Los avisos que marcan faltantes de combustibles o la imagen de mangueras cruzadas en las estaciones de servicio, que hasta hace unos años eran una rareza, tenderán a hacerse cada vez más habituales por el creciente desbalance entre oferta y demanda de energía primaria con que pasó a desenvolverse en los últimos años el mercado argentino.

La advertencia surge del balance sobre la gestión de la administración kirchnerista en el sector energético, que actualizaron los ex secretarios de Energía de anteriores gobiernos democráticos en procura de hacer «un aporte para el conocimiento de la ciudadanía», según anuncian al describir el objetivo de su nuevo estudio (el anterior data de abril de 2009 y ganó trascendencia porque la Universidad de Buenos Aires se negó a cederles instalaciones para que lo presentaran en público).

El documento es concluyente cuando, en busca de parámetros, compara la situación local con la de otros países de la región.

Allí se descubre que entre 2003 y 2009 la Argentina fue el único país de América latina en el que la producción de energía primaria (engloba al petróleo y al gas) bajó 7%, según datos de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), un organismo que al evaluar otros aspectos de la política económica local ha sido elogioso con el Gobierno.

La menor producción local contrasta con el fuerte aumento en la performance extractiva que han tenido otros países de la región en igual período, como Perú (+68%), Bolivia (+51%), Colombia (+34%) y Brasil (+28%). Más módico ha sido el desempeño de Chile y Venezuela (+14%), Paraguay (13%) y Uruguay (+9%), países que, a pesar de estar por debajo del promedio del 15% de avance de la región en la producción, igualmente pueden mostrar recursos positivos, pese a que, en algunos casos, cuentan con menos recursos potenciales que la Argentina.

En este sentido, sólo México no ha logrado incrementar su producción en los últimos 7 años (la mantuvo estable), pero nadie la ha mermado como en el caso argentino, que en ese lapso redujo la producción de 612 a 572 millones de barriles de petróleo equivalente, una unidad de medida a la que se recurre para poder contabilizar en una sola cuenta la producción de crudo y gas.

El estudio de los especialistas energéticos opositores al Gobierno. al desagregar los datos, consigna que «entre 2003 y 2010 la producción de petrolero disminuyó un 18% y la de gas, un 8%».

A contar las monedas
El agravante es que este retroceso se produjo en el marco de una sostenida expansión de la actividad económica local (el PBI en ese lapso se expandió más del 50%), lo que obligó a cubrir el creciente faltante con importaciones e hizo que un país que bregó largos años por llegar al autoabastecimiento pasara a ser cada vez más dependiente del exterior a la hora de cubrir la demanda interna de combustibles, un dato nada alentador en tiempos de petróleo caro.

De hecho, las importaciones totales de petróleo, gas natural, naftas y gasoil pasaron de insumirle al país US$ 548 millones en 2003 a 4443 millones el año pasado (un alza de 711%).
A juicio de los especialistas, este desempeño del sector supone una «anomalía que no debe ser soslayada». Su conclusión general es que la Argentina «no ha expandido la oferta energética en la magnitud suficiente para abastecer la demanda por la falta de inversión que afecta a toda la cadena energética», en el marco de un «proceso de descapitalización que tiene en la disminución de las reservas comprobadas de hidrocarburos una de sus caras más demostrativas».

Fuente: La Nación