Mató a su mujer delante de su hijo y se escondió en una tapera rural

Unas horas después de haber asesinado a su mujer Roxana Pacheco, Víctor Hugo “El Pala” Andrada viajó en micro hacia la ciudad de Frías. Allí, se refugió en un campo del paraje El Remansito, cerca de donde vive su tío. Lo atraparon cortando leña.

En la ciudad de Frías, cabecera del departamento santiagueño de Choya, ante la preguntas sobre el paradero de un porteño recién llegado, los detectives de la DDI de San Martín recibían la misma respuesta: “Hay uno trabajando en el campo.” Así cayó Víctor Hugo Andrada, o “El Pala” para los conocidos, quien estaba prófugo desde hacía diez días acusado de degollar, frente al pequeño hijo de ambos, a su ex pareja Roxana Beatriz Pacheco.
La captura de Andrada, de 39 años, comenzó a dibujarse a las pocas horas del crimen. Los investigadores encontraron que, pese a haber nacido en Catamarca, el hombre tenía parientes en Santiago del Estero. Hacia el norte del país viajó una comisión integrada por cuatro agentes bonaerenses ,con la única misión de apresar al presunto asesino.
La pista familiar llevó a los policías hasta Frías, una localidad lindante con Catamarca, para hablar con la madre de Andrada, pero el resultado no fue el esperado. La mujer contó que no tenía una buena relación con su hijo y que desde hacía un tiempo no sabía nada de él. Sin embargo, aportó un dato que a posteriori resultó fundamental: recordó el estrecho vínculo de Andrada con su tío.
Para evitar que el prófugo descubriera la presencia de ellos en la zona, los policías comenzaron a trabajar de manera secreta. En vez de golpear a la puerta del pariente de Andrada, se dedicaron a dar vueltas por el centro de Frías y, cuando podían, entablaban relación con algún vecino. Si la confianza aumentaba, los aparentes turistas preguntaban sobre el paradero de un amigo de ellos, que había llegado a la ciudad hacía unos días, pero del que no tenían noticias. La respuesta era siempre la misma: el único forastero llegó hace unos días en micro y está trabajando en el campo.
Los detectives se contactaron entonces con sus colegas de Santiago del Estero y con la ayuda de un agente que conocía la zona, llegaron hasta el paraje Remansito, a unos 40 kilómetros de Frías, donde se presentaron como compradores de animales.
A unos metros de la entrada al campo, los agentes divisaron la figura de Andrada: estaba mucho más flaco de lo que mostraba la foto que llevaban encima. El prófugo estaba ocupado cortando leña y no tuvo tiempo de reaccionar cuando los visitantes se abalanzaron sobre él.
Lo único que Andrada dejó atrás cuando subió al patrullero, fue una tapera, de paja y chapa mal amontonadas, que el prófugo construyó para dormir en las noches.
“El Pala” fue alojado en una dependencia de la capital santiagueña y anoche iba a ser trasladado a Buenos Aires. Hoy se espera que declare ante el fiscal Carlos Insaurralde, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de San Martín, que lo acusó de homicidio simple.
El hecho que se le imputa ocurrió en la madrugada del 21 de febrero último, cuando Andrada pasó a buscar a su mujer, de la que se había separado recientemente, y a su hijo de cuatro años por la casa de su suegra, en Villa Concepción, partido de San Martín.
A bordo de su Peugeot 504, Andrada, que había estado preso cinco años por robo calificado, extrajo un cuchillo y atravesó el cuello de Pacheco. Después se bajó y abandonó a su hijo de cuatro años junto al cadáver de su madre. Luego llamó al sobrino de la víctima y le dijo: “Maté a tu tía. Fijate que esta en la plaza de la vuelta.”
Cuando el joven llegó al lugar, el nene le contó que “papá le pegó a mamá con un cuchillo” y dio detalles de todo lo que había observado un rato antes.

Fuente: El Argentino