Más de 20 policías son detenidos por vínculos con criminales en Brasil

Los responsables de la llamada Operación Guillotina recibieron órdenes judiciales para arrestar a 45 personas, entre ellas policías militarizados y civiles, y para entrar en 48 residencias y oficinas, dos de ellas comisarías de policía.
Al menos 28 personas, entre ellas 16 policías militarizados y seis policías civiles, fueron detenidas hoy en una operación en el estado brasileño de Río de Janeiro para depurar a agentes acusados de vínculos con bandas criminales.

«Fue un primer paso para extirpar a los malos policías en el estado de Río de Janeiro», afirmó el coordinador regional de la Policía Federal y responsable de la operación, comisario Angelo Fernando Goia, en una rueda de prensa conjunta con el secretario regional de Seguridad Pública, José Mariano Beltrame.

Los responsables de la llamada Operación Guillotina recibieron órdenes judiciales para arrestar a 45 personas, entre ellas 32 policías militarizados y civiles, y para entrar en 48 residencias y oficinas, dos de ellas comisarías de policía.

Entre las personas que aún están prófugas está el subsecretario de Operaciones de la Secretaría Especial de Orden Público de Río de Janeiro, comisario Carlos Oliveira, del que hay numerosas pruebas de que tiene vínculos con grupos criminales, según Beltrame.

Los encargados de la operación interrogaron hoy al jefe de la Policía Civil de Río de Janeiro, comisario Alan Turnowski, en calidad de testigo, para aclarar sus vínculos con varios policías arrestados.

Según Goia, los policías detenidos y los que están prófugos hacen parte de cuatro organizaciones delictivas, dedicadas dos a vender armas y drogas a grupos criminales, una a ofrecer seguridad a mafiosos y otra vinculada a las «milicias», como son conocidas las bandas paramilitares que combaten narcotraficantes en las favelas.

El Ministerio Público, que participó en las investigaciones y ordenó las capturas, sospecha que los cuatro grupos se apropiaban de armas y drogas confiscadas por la policía y que filtraban informaciones sobre operaciones policiales.

Beltrame explicó que los policías corruptos son investigados desde septiembre de 2009 precisamente a raíz de la filtración de datos sobre una operación policial contra la banda que controla el tráfico de drogas en la Rocinha, la mayor favela de Río de Janeiro.

En la operación para capturar a los agentes corruptos participaron 380 investigadores de la Policía Federal procedentes de varias ciudades y 200 miembros de diferentes fuerzas de seguridad pública de Río de Janeiro.

El objetivo de la operación fue «darle fin a la actuación de grupos criminales formados por policías e informantes involucrados en el tráfico de drogas y armas, en la vigilancia de locales clandestinos de apuestas y en la venta de informaciones secretas», según un comunicado de la Policía Federal.

Los policías corruptos fueron identificados gracias a escuchas telefónicas ordenadas por la justicia en los dos últimos años y a informaciones suministradas por criminales que aceptaron colaborar a cambio de beneficios judiciales.

«En ningún lugar del mundo la policía conseguirá avanzar mientras tenga en sus filas a ese tipo de gente. Puede que este tipo de operación inicialmente no sea bueno para la imagen de la institución, pero con el tiempo terminará siendo muy provechoso», afirmó Beltrame.
Fuente: mdzol.com