Como para elegir

Con los refuerzos más los jugadores que potenció Falcioni, Boca tiene un plantel largo y puede optar según gusto o necesidades. Tenemos un plantel corto”, le dice Julio César Falcioni a sus íntimos. Lo repite en cada aparición pública. Y le machaca el concepto minuto a minuto a sus dirigentes más cercanos: Ameal, Beraldi y Crespi. ¿La declaración del técnico adquiere forma de paraguas por si se desata una tormenta, la usa como método de presión a los directivos para que lleguen más refuerzos o es un real diagnóstico? Un desmenuzado repaso por sus apellidos permite inferir que Boca tiene un abanico de posibilidades y una amplia variedad. Si bien es cierto que para terminar de conformar un plantel de elite sería interesante contratar un punta de jerarquía, lo que hay no es poco. Al revés: podría ser envidia de casi todos.

En la comparación sale ganando. River, la referencia de siempre, no dispone como Boca de la chance de optar por un doble 9 (Palermo-Viatri) o un delantero picante por afuera (Mouche) y el Titán o Viatri por adentro. De yapa, repatrió a Noir y aguarda la vuelta del Sudamericano del prometedor Araujo.

En defensa, el panorama es similar. La recuperación de Calvo le otorgó una pieza más y, sumado a Clemente y Monzón, ahora Pelusa cuenta con tres laterales de experiencia para afrontar el campeonato. Caruzzo e Insaurralde se afirmaron como dupla central y demostraron que se complementan con naturalidad. Lesionado, espera Cellay, quien además aporta otra variante: aunque no es la posición que mejor le sienta, puede desempeñarse como lateral por la derecha (ya lo hizo en Estudiantes y en la etapa de Pompei) y así armar un equipo de características más defensivas.

El mediocampo es un repertorio a gusto y piacere para lo que el técnico pretenda. El ideal, compuesto por Battaglia, Somoza, Erviti y Riquelme, ilusiona al DT por el equilibrio que pueden dar los batalladores para permitirle disfrutar el genio de Román y Erviti. Y no se queda ahí: si lo desea, puede diseñar un medio más veloz con Rivero y Colazo (o Chávez) por los costados y un solo tapón o, una vez recuperado Erbes (le falta un mes) emular a Bianchi y juntar a Pichi con Battaglia y Somoza y darle toda la responsabilidad creativa a Riquelme. ¿Qué pasará cuando Román no esté? Plantará un 4-4-2. Erviti no jugará de enganche ya que JC lo prefiere de frente al arco rival.

Como si fuera poco, en el arco propio también hay variantes. García compite con Lucchetti ( pag 8 ) y es la gran incógnita. “Tenemos un plantel corto”, insiste Falcioni. ¿Sí, Julio?

Fuente: Olé