La vuelta de Tevez desde adentro: cómo jugó, la bandera de su familia y la fiesta de los hinchas

El Apache se mostró muy concentrado y con poco margen de disfrute; con la victoria ante Quilmes consumada, se relajó y celebró con alegría.

na tarde, Carlos Tevez volvió a Boca como futbolista profesional tras 11 años de exilio. Apenas 42 días después de enfrentar con la Juventus al Barcelona de Messi en Berlín, por la final de la Champions League, el Apache, de 31 años, debió jugar contra el Quilmes de Falcioni, por la fecha 17 del torneo de Primera División del fútbol argentino. Fue victoria 2-1, se mantuvo la punta del campeonato, pero la actuación de Carlitos no fue con el brillo de sus últimos encuentros en Europa.

«Estoy muy contento, fue todo como lo soñaba. Mis compañeros hicieron un gran partido. Todavía tenemos que ir conociéndonos, sólo hace una semana que trabajamos juntos. Lo importante es que el equipo se va afianzando y va por el buen camino»
Se lo vio muy concentrado. Tan metido en el partido y tan atento a que la emoción del regreso no lo abrumara, que le resultó imposible relajarse. Si apenas sonrió cuando saludó a los hinchas, que lo ovacionaron desde temprano, cuando bajó del micro, cuando ingresó al vestuario y más cuando la Voz del Estadio lo nombró entre los titulares. La autoexigencia por demostrar todo lo que creció como futbolista en esta década de experiencia internacional le impidió disfrutar de esta jornada histórica.

En lo referido al juego, quedó claro que Tevez deberá adaptarse al fútbol argentino. Aún cuando en el primer tiempo demostró con un par de toques su enorme categoría («limpió» dos jugadas con dos tacos aéreos perfectos, y desbordó por izquierda y paralelo a la línea del fondo con picardía y velocidad), cada vez que intentó encarar lo frenaron, ya sea con faltas o incomodándolo con el roce físico al límite. Por momentos, el Apache jugó de 10, en otras de 7 y en otras de 11, para escaparse de la marca y encontrar espacios para desplegar su juego.

Maradona volvió a su palco y llevó una bandera para Carlitos. Foto: FotoBAIRES

Encima, Boca tampoco ayudó mucho. El trabajo del equipo fue discreto, lejos de aquel juego vistoso y, por momentos, implacable de comienzos de año. Hubo dudas en defensa e imprecisiones en el mediocampo. La voluntad y la actitud estuvo en el ataque, con un Palacios y un Calleri siempre atentos y exigiendo a la defensa rival. No fue casualidad que ellos fueran los autores de los goles xeneizes. El primero en un mano a mano con el arquero Benítez (que perdió, pero aprovechó el rebote) y el segundo con una rabona por arriba del N° 1 de Quilmes para enmarcar, después de un intento fallido por que sea Tevez el que convierta.

En la segunda parte, Tevez encontró más espacios y se lo notó más cómodo. En ese período llegaron los primeros remates al arco del 10 de Boca. El primero, desde afuera del área, fue desviado con esfuerzo por Benítez. Con el segundo hizo temblar el palo derecho y el tercero, de tiro libre, se fue apenas desviado.

Volvió Tevez. Y el pueblo xeneize lo disfruta.

En su regreso, Tevez tocó 28 veces la pelota, dio 17 pases bien y perdió seis balones, además de recibir dos faltas y cometer una

Foto: FotoBAIRES

pl/ph.

Fuente: Cancha Llena