Con un dobles perfecto, Argentina arrasó a Serbia y ahora viaja a Bélgica

El sábado surgió como un duelo de apuestas para Argentina y Serbia. Uno para cerrar la serie de cuartos de final de la Copa Davis, y el otro para intentar darse una vida más y llegar al domingo. La jugada le salió mejor a Daniel Orsanic y sus dirigidos completaron dos días perfectos para meterse semis luego de una victoria categórica y rotunda.

Carlos Berlocq era el jugador seguro para el dobles, y la única duda era si su compañero iba a ser Leonardo Mayer o Diego Schwartzman. Terminó siendo el primero, de un viernes magnífico y con bastante recorrido con el bonaerense.

Serbia transitaba un camino similar. Nenad Zimonjic, número 9 del mundo y tres veces campeón de Grand Slam, además de haber ganado la Davis en 2010, era el confirmado, y terminó siendo Viktor Troicki en lugar de Dusan Lajovic el que salió a jugar. La movida del capitán Bogdan Obradovic era arriesgada teniendo en cuenta la dura derrota del primer singlista de su equipo en la jornada previa.

El 6-2, 6-4 y 6-1 muestra a las claras el desarrollo del partido de dobles y es un resumen perfecto de la serie en general. Argentina fue muy superior y tomó oportunidades valiosas, incluso en el choque de Federico Delbonis ante Troicki, que empezó muy desfavorable y lo pudo dar vuelta.

Ni siquiera la presencia de Zimonjic del otro lado de la red menoscabó a Mayer y Berlocq. Jugaron como saben, ofensivos, con mucha potencia y con ganas de darle el punto definitivo a la albiceleste.

Juntos registran casi una veintena de torneos, y su mejor producción fue haber llegado a cuartos de final del US Open 2014, cuando perdieron ante Ivan Dodig (CRO) y Marcelo Melo (BRA), ambos top ten en dobles.

Por eso la decisión de Orsanic salió redonda: puso todo para liquidar una serie que venía muy favorable y el dobles le puso el broche de oro. Mayer y Berlocq borraron de la cancha de Zimonjic y Troicki, fueron muy parejos y jugaron sin fisuras.

Tomaron decisiones correctas todo el tiempo y las subidas a la red fueron naturales, no forzadas. Entonces, buscaron que el duelo directo con la pareja serbia sea con los cuatro en el fondo de la cancha, donde más ventajas tenía el elenco nacional.

Y mientras que «Charly» y el «Yacaré» se repartían winners y aciertos, Troicki cometió errores tácticos y estratégicos que Zimonjic intentaba solventar y terminaron comprometiendo el partido para los europeos. La paralela que cubría el número 20 del mundo fue una invitación constante para los argentinos.

Desde el primer momento la dupla nacional cargó el juego sobre Troicki, que ya venía golpeado por la dura derrota con Delbonis y no amagó a levantarse este sábado. El hecho de tener al lado a una leyenda del tenis serbio y a uno de los mejores del mundo en dobles tampoco lo ayudó.

Casi como una manera de expiar sus propias falencias, los jugadores visitantes reclamaron todo el tiempo por molestos flashes que surgían de las tribunas. El público se lo empezó a tomar en serio y pedía todo el tiempo que no perturbaran con las luces, porque entre semejante espectáculo, verse perjudicado era una picardía.

Pero también las casi siete mil personas que llenaron el estadio cubierto de Tecnópolis le dieron un clima típico de Copa Davis, alentando y sosteniendo a los jugadores. Los serbios, fastidiosos, ya sin ganas de seguir dando batalla, hacían lo que podían y Zimonjic no tuvo mejor idea que sacar de abajo, aún cuando faltaban dos puntos para concluir el partido.

No hubo milagro visitante y todo el equipo se juntó completo para festejar y agradecer a propios y espectadores. Argentina vuelve a estar en semifinales después de dos años, y tocará viajar, del 18 al 20 de septiembre, a Bélgica, donde espera David Goffin, hoy 14 del mundo y que se adapta con facilidad a cualquier tipo de superficie, lo que hace indicar que pondrán una cancha rápida indoors.

Como ante Brasil, la bandera argentina con la frase «Un país, un equipo, un sueño» volvió a flamear. Fue una victoria deseada pero con un marcador que no era el más lógico. La producción nacional, en cada punto con rendimientos diferentes, invita a pensar que en semifinales hay chances de volver a una definición y tener cerca otra vez el trofeo más esquivo.

Fuente: Ámbito