Los Pumas cayeron ante Barbarians Franceses por 28-22 en un partido digno para el olvido, pero paradójicamente para no olvidar si no se quieren cometer los mismos errores.
Fue un cachetazo inesperado. Tan sorpresivo como alarmante. Ayer, en la cancha de Old Resian, Los Pumas cayeron ante Barbarians Franceses por 28-22 en un partido digno para el olvido, pero paradójicamente para no olvidar si no se quieren cometer los mismos errores. Los que fueron al Grantfield a ver un partido de rugby vistoso y de primer nivel, un concierto de Los Pumas, se quedaron con un sabor amargo al ver una pálida versión del equipo. Se esperó más, mucho más del seleccionado argentino que esta vez, quedó en deuda.
El resultado se puede empezar a entender un poco a partir de la inconducta que tuvo el equipo argentino, que superó ampliamente la veintena de faltas y se razona un poco más cuando vio un equipo como el argentino que no logró tener la pelota e imponer su juego.
Salvo en el arranque del complemento, donde el seleccionado argentino mostró lo mejor de su repertorio, el resto del partido estuvo sujeto al ritmo que impusieron y que más les convino a los Barbarians. Aún jugando desordenado, el equipo francés siempre fue al frente, valiéndose en primera instancia del buen físico y las mañas de sus forwards, que supieron desde el vamos lo que querían y lo que tenían que hacer para conseguirlo. Argentina entró en su juego y quedó enredado en esa telaraña. Quedó preso y poco pudo hacer. Para colmo, el equipo nacional lució apresurado, impreciso y sin ideas, apático como hacía mucho tiempo no se lo veía y lo más preocupante, sin respuestas ante un partido que pedía a gritos un viraje rápido en el timón para encontrar el norte.
Un primer tiempo cortado, chato y aburrido, se cerró con un 19-10 favorable a la visita que sacó ventajas aprovechando lo mal que defendió Argentina el maul (dos tries llegaron por esa vía) y haciéndose fuerte desde el scrum, una formación en la que Los Pumas defeccionaron en el primer parcial (en el segundo lo corrigió).
El arranque del complemento Los Pumas abrieron la puerta a la ilusión. Con la pelota en su poder, logró darle dinámica al juego y así aparecieron los espacios. Con dos estocadas (un try de Noguera Paz y otro de Cordero) Argentina se puso al frente y pareció que la pesadilla vivida en el primer tiempo había terminado. Pero no fue así. Después de quince minutos a puro vértigo, los Barbarians volvieron a tener el control del partido, ganando las pulseadas en los rucks, formación en la que los albicelestes cometieron muchos penales y los franceses recuperaron muchas pelotas.
En ese contexto apareció otro factor desequilibrante, el pie de Benjamín Urdapilleta, quien terminó de redondear 13 puntos en su cuenta personal y convertirse en el verdugo de Los Pumas.
Aún jugando sin ideas, el equipo de Hourcade tuvo un par de chances de llevarse el partido. Con el 28-22 clavado, buscó desesperadamente un resquicio para entrar en el ingoal galo. A minutos del final tuvo un line en ataque que desaprovechó con una pelota torcida y ya en el cierre se volvió a equivocar, cuando retuvo una pelota en ataque, acción que posibilitó que Barbarians saliera del asedio, respirara tranquilo y se quedara, después de la chicharra, con la Copa ICBC en juego.
Fuente: La Capital