El tiro le salió por la culata: malas noticias para Barreda

El cuádruple femicida seguirá en la cárcel. La justicia de La Plata rechazó el pedido de excarcelación para ir a vivir con la mujer que había ofrecido alojarlo en su casa de Olmos. Continuará recluido en la Unidad 25

A esta altura, pocos se preguntan qué será de la vida de Berta “Pochi” André aquella docente jubilada que cobijó con casa y comida al cuádruple homicida Ricardo Barreda, y que entre maltratos y destratos sumados a su deterioro físico se quedó sola, sin que nadie le diera demasiadas explicaciones. Nadie le dijo por qué de un día para otro, su pareja, el odontólogo Barreda, fue devuelto a la cárcel.

Otro capítulo de esta cruenta historia se hilvanó ayer, cuando un juez de ejecución de La Plata rechazó el singular pedido de Sonia García, una mormona de 49 años, que se había ofrecido para acoger al condenado homicida en su casa de Olmos. Dijo que no tiene medios de subsistencia, ni casa propia y que apenas conoce al condenado.

El fallo judicial al que Trama Urbana tuvo acceso fue contundente. Concluyó que Sonia García apenas tenía trato con este hombre sentenciado en 1995 a la pena de prisión perpetua por haber matado a su esposa, su suegra y sus dos hijas en 1992.

La resolución fue emitida ayer por el juez Raúl Dalto, rechazando pedido de excarcelación que proponía como residencia la casa de Sonia García, quien se había ofrecido a alojarlo.

Dalto tiene a su cargo el seguimiento de la ejecución de la pena de prisión perpetua impuesta a Barreda por el cuádruple asesinato.

«El juez no hizo lugar al pedido de esta vecina, pero dejó abierta la posibilidad de que se presente un nuevo domicilio para alojar a Barreda», precisó el abogado defensor del femicida, Eduardo Gutiérrez.

El abogado dijo que el juez rechazó el planteo al analizar «las condiciones particulares de la mujer que ofrecía el domicilio», Sonia García, quien, según el fallo no tiene medios de subsistencia ni ingreso fijo mensual, y no conocía con anterioridad a Barreda.

García ofreció, voluntariamente, su vivienda ubicada en calle 173, entre 41 y 42, de Lisandro Olmos, para alojar al odontólogo, a quien dijo que conoció en sus visitas a prisión.

El juez se entrevistó con ella hace una semana y envió a realizar un informe ambiental sobre la vivienda, de dos dormitorios, living-comedor y unos 70 metros cuadrados.

García “vive de la beneficencia”

El magistrado Dalto precisó ayer que García «habita un domicilio cuya propiedad ostenta junto con sus hermanos lo que podría generar eventuales conflicto en punto a las decisiones de los propietarios sobre quiénes pueden allí residir».

Detalló que en la entrevista que mantuvo con García ella le manifestó «la preocupación de uno de sus hermanos, que actualmente se encuentra privado de la libertad, respecto a que este ofrecimiento podría generarle rechazos a beneficios que él eventualmente solicitara».

Dalto hizo referencia también a que a la situación habitacional «se le suman circunstancias de orden económico debido a que García vive de la beneficencia, perdió la ayuda social de la Iglesia a la que asistía, no tiene trabajo y padece algunas enfermedades cuyo tratamiento no puede costear».

“Advierto también una situación de fragilidad de las características personales de la mujer que según sus dichos se encuentra inmersa en un estado depresivo desde la muerte de su padre y toma medicación para descansar”, graficó.

Fuente: Diario Hoy