Para ocultar un triple homicidio provocan un incendio en una casa de Quilmes

Los cadáveres presentaban signos de golpes en el cráneo; aún no hay detenidos.

Para los investigadores no hay dudas: el incendio fue provocado para tratar de modificar la escena del triple homicidio. Tres personas fueron asesinadas ayer y para borrar las pruebas los autores de la masacre prendieron fuego la casa donde vivían las víctimas, en Quilmes.

Así lo informaron a LA NACION fuentes policiales, que sospechan que las víctimas mortales, una mujer de 75 años, su hijo y su nuera, conocían a los asesinos.

Los tres cadáveres tenían serias evidencias de haber recibido fuertes golpes en el cráneo.

El hecho se descubrió cerca de las 4.30 de ayer, cuando un vecino de la zona observó humo que salía de la casa situada en Vélez Sarsfield 2348, en Quilmes, en el sur del conurbano.

El vecino llamó por teléfono al número de emergencias 911, por lo que pronto llegaron al lugar integrantes del cuartel de bomberos voluntarios de Quilmes, quienes rompieron la puerta de ingreso a la vivienda y una reja e iniciaron las tareas para sofocar las llamas, que se concentraban principalmente en el living.

Poco después de apagar el fuego, los bomberos descubrieron los cuerpos de las víctimas en un baño y en una de las habitaciones de la casa, que, pese a que no habían estado en contacto directo con las llamas, habían sufrido serias quemaduras por el calor extremo al que habían estado expuestos en una vivienda totalmente cerrada, según agregaron las fuentes policiales consultadas.

«Trabajaron los bomberos y, una vez que sofocaron el incendio, se constató la presencia de los tres cuerpos en el lugar», explicó en declaraciones al canal TN el superintendente Zona Sur I de la policía bonaerense, comisario general Juan Domingo Ibarra.

Las víctimas fueron identificadas por fuentes policiales como América Flores , de 75 años; su hijo, Adrián Buffa, de 35, y su nuera, Mirna Godoy, de 33.

El comisario general Ibarra explicó que «las dos mujeres se hallaban en una habitación con una herida cortante y una bolsa de nylon en la cabeza», y que el hombre «fue hallado en el baño, con signos de haber estado maniatado y con una bolsa también en la cabeza».

Fuentes con acceso al expediente explicaron a LA NACION que las dos mujeres tenían cinta de embalar en el cuello y que Buffa tenía marcas en las muñecas, signos evidentes de haber sido maniatado.

Los voceros policiales dijeron que la policía no encontró «nada violentado» dentro de la casa, a excepción de la puerta que debieron romper los bomberos para ingresar, que, al igual que otra entrada ubicada en la parte trasera, estaba cerrada con llave.

Este dato y el relato de vecinos, que le dijeron a la policía que América Flores era «muy desconfiada» y no le abría la puerta a nadie que no conociera, hacen pensar a los investigadores que los asesinos conocían a las víctimas y que fueron éstas las que les franquearon el paso, según informó la agencia de noticias Télam.

Los investigadores creían que las tres víctimas fueron asesinadas a golpes y que los homicidas luego iniciaron un incendio -hallaron tres focos ígneos, supuestamente para asegurarse de que el fuego se propagara por toda la casa- con la intención de eliminar rastros que pudieran incriminarlos.

«Se están analizando imágenes grabadas por cámaras que hay en la casa», dijo Ibarra, y agregó que, si bien los investigadores no descartaban que los crímenes hubieran ocurrido en el contexto de un robo, «se investigará el entorno familiar y cercano que tenían estas personas fallecidas».

Fuente: La Nacion