Su familia lo buscó por 12 años, lo encontraron en Colombia y contactaron a la Red Solidaria
En los semáforos del centro de Medellín, ganándose la vida como malabarista y limpiando vidrios de automóviles, está Fabián Levitt. En la Argentina su familia lo buscaba desde hacía 12 años sin suerte. De repente, una persona googleó su nombre y descubrió que era buscado en la Argentina. Entonces se contactó con la Red Solidaria y ahí comenzó la segunda historia en la vida de Fabián. Pero la primera parte comenzó cuando Levitt, un fanático de la percusión tropical, un día dijo: vamos a conocer Colombia. Y viajó con varios amigos. Antes hizo una escala en Ecuador y al poco tiempo estaba en Tumaco, en Cali y el Eje Cafetero. Cayó en un retén del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), le quitaron los papeles y quedó indocumentado. No tenía con qué pagar para recuperar los documentos.
Alguien le dijo que en Medellín había oportunidades. Viajó, y aunque pensaba en su familia y en la hija de 3 años que había quedado en la Argentina, se enamoró de esta ciudad. Sus familiares, que lo buscaron por más de una década, ahora lo esperan. Él también está feliz, a la espera de subir a un avión que lo lleve a Bogotá y luego de allí a Córdoba, su ciudad. De la prominente barba que tenía cuando dejó la Argentina sólo conserva una parte. El pelo corto lo hace ver diferente de las fotos con que lo buscaba desde hacía 12 años su familia. Acepta que tomó malos caminos, pero asegura que hace seis meses que cambió. Para poder viajar todavía tiene que resolver una vieja cuenta que tiene con las autoridades colombianas por su ingreso ilegal al país. Una vez solucionado ese problema terminaría de concretarse la deportación y así la posibilidad de ver a su familia, pero sobre todo de poder estar, el 13 de noviembre próximo, en el cumpleaños de 15 de Ámbar, su hija, que no lo ve desde los 3 años. En un centro de día, albergue de la alcaldía para la atención de habitantes de calle, Fabián Levitt dio su primera entrevista.
-¿QUÉ LE GUSTÓ DE MEDELLÍN?
-Con la gente interactué bien. Es muy parecido a la Argentina. Me gustó la ciudad, el espíritu de la gente.
-¿CÓMO SE GANABA LA VIDA?
-Me hice conocer. Hacía malabares y estuve varios años en el centro. La gente me conocía como el argentino de las piruetas. Además, sé tocar percusión y hacer soldadura en plata.
-¿CUÁNDO SUPO DE SU FAMILIA?
-Recién hace un mes me comuniqué con ellos. Tengo a mi padre, mi hermana y una hija que cumple 15 años el 13 de noviembre. Estoy ansioso de verla. Ahora sueño con estar con mi familia y, sobre todo, con mi hija.
-¿ESTÁ CERCA EL REENCUENTRO?
-Me angustio porque estoy enamorado de Colombia, pero quiero regresar. Claro que sería bonito que ellos vinieran algún día a este país.
-¿QUÉ LE FALTA PARA REGRESAR?
-Me dijeron que el plan de repatriación está aprobado y me perdonaron la deuda. Están tramitando para que las autoridades autoricen y me suban al avión de vuelta a la Argentina.
Un cantinero arregló el contacto con Levitt. Fabián Vargas, dueño de un bar en el barrio Buenos Aires de Medellín, fue quien lo descubrió, hace un par de meses, en el sitio web de la Red Solidaria, y se dio cuenta de que esa persona que había conocido hacía poco y que se llamaba Fabián Levitt era buscada por su familia desde hacía 12 años.
Entonces Vargas decidió contactarse con la Red Solidaria para comentar que sabía dónde estaba Levitt. Ahí la historia dio un vuelco absoluto. «Me contactó y me avisó. Luego me puso al teléfono con mi hermana», recuerda Levitt, quien con emoción dice que ese momento fue crucial para decidir regresar definitivamente a la Argentina. «Me dijo: apúrate que te estoy esperando, pero yo sé que era Ámbar, mi hija, la que me estaba hablando», concluyó..
Fuente: La Nación