Newell’s se quedó sin recursos y terminó empatando ante un Gimnasia mezquino

Anoche no pudo ratificar su credencial de equipo eficaz, pese a que murió en el intento hasta el suspiro final. La Lepra quedó en llamas por el 1-1 que le arrebató un equipo amarrete.

Se fue feroz. Newell’s jugó con el Lobo en el Coloso del Parque, pero no pudo comérselo como pintaba en la previa. Esta vez no tuvo abundancia en los recursos naturales para terminar la velada festejando.

Frente a Boca hizo pata ancha en la misma Bombonera y encandiló a sus fieles con las luces de la esperanza. Pero anoche no pudo ratificar su credencial de equipo eficaz, pese a que murió en el intento hasta el suspiro final. La Lepra quedó en llamas por el 1-1 que le arrebató un muy amarrete Gimnasia.

Este Newell’s está en búsqueda de su identidad. Del sello que puede aplicarle Gustavo Raggio. Y anoche ratificó en varios pasajes lo bueno hecho el domingo último ante Boca. Al menos desde la ambiciosa propuesta de ejercer el rol de patrón dentro del escenario mayor.

Claro que en la primera mitad no pudo desnivelar la balanza debido a que la guerra por la posesión del campo estaba bien centrada en la zona de los aguerridos volantes. Y ahí sobresalió la figura del líder combativo Diego Mateo, quien corrió, metió y jugó cuando pudo. Pomelo le sacó jugó a su juego y por eso fue reconocido.

Con respecto a las llegadas hay que destacar que la Lepra visitó tres veces la cueva del Lobo. Dos vía Ignacio Scocco (de tiro libre y de cabeza) y una mediante un cabezazo de Villalba.

¿Gimnasia? Lo suyo consistió en empantanar la cancha. En no dejar jugar a Newell’s porque sabía que si los que saben agarraban la bocha podían terminar pintados o yendo a buscar la pelota dentro del arco. Igualmente, con poquito le generó un soplo al pueblo rojinegro cuando Lucas Licht tiró un centro y terminó rebotando en el horizontal.

En el amanecer del complemento llegó el tan buscado estampido.

Newell’s salió más decidido y de una jugada que nació desde la derecha, Tevez puso un centro preciso al corazón del área, Figueroa metió un cabezazo en el palo y el rebote le quedó a Maxi Rodríguez. La Fiera facturó de una y el Coloso tronó de alegría.

Pero mientras la euforia estaba a flor de piel llegó la primera señal de alerta. Rojas metió un sablazo, Ustari no pudo asegurar, pero igual la sacó barata la Lepra porque la pelota salió al lado del palo derecho. Aunque a los 13’ llegó el dictamen de Gimnasia que dejó presa la ilusión rojinegra.

Otra vez Rojas lanzó un centro envenenado (tiro libre desde la derecha por falta de Corvalán) y el lungo Barsottini metió un solitario cabezazo en el área, llamativamente sin marca, para dejar bien estáticos a los anfitriones, quienes no podían comprender cómo la visita los había empardado tan rápido. No obstante, Nacho Fernández exigió después a Ustari.

Se percibía que algo estaba funcionando mal. Y era la zona de gestación y contención leprosa. Aunque hubo un motivo: el Lobo se replegó con todo su amor y furia, y apostaba a la contra. Y terminó logrando su objetivo. Se llevó un punto del Parque con sabor a mucho teniendo en cuenta que hizo poco.

Fuente: La Capital