Miles de clientes se agolparon en busca de efectivo frente a los cajeros automáticos del Gran Buenos Aires, la Plata, la Costa atlántica y también en ciudades como Trenque Lauquen, donde la escasez determinó la rescisión del contrato que el municipio tenía con el Banco Nación y el Bapro, gestores en el pago de los haberes de sus empleados.
En el Banco Provincia no dieron explicaciones de forma oficial, pero algunos gerentes consultados reconocen que la falta de efectivo en los cajeros es un problema que comienza a ser recurrente.
La situación en La Plata es particularmente sensible. En la capital bonaerense existe una gran cantidad de empleados públicos, maestros y agentes del orden que estos días cobraron sus haberes. Además, son los días previos al inicio de las vacaciones en varias áreas de la administración pública provincial, y muchos trabajadores buscan efectivo para poder viajar.
Ayer, en la casa central del Banco Provincia de La Plata se formaron colas de hasta 60 metros en la puerta de los tres puestos de cajeros automáticos. Además, estaba colmado el sector de atención personal, a pesar de que 24 ventanillas se encontraban habilitadas.
En diversos puntos turísticos y ciudades del interior de la provincia de Buenos Aires, el Bapro tampoco podía abastecer la demanda de su clientela.
Las dificultades también se trasladaron a la banca privada, donde comienza a notarse el rebote de la realidad que se vive en el sector público.
En las sucursales platenses del banco Galicia sólo se les permitía extraer dinero de los cajeros a los clientes de esa entidad. Los empleados públicos que llegaban con sus tarjetas de la red Link debían retirarse con los bolsillos vacíos.
Escenarios parecidos se vivieron en ciudades balnearias, como Pinamar
Fuente: La Razón