Escolares argentinos, con baja actividad física

Recientes estudios del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA -de nivel nacional- y del área de Desarrollo Saludable del Gobierno porteño, que Clarín difundió el mes pasado en una nota especial producida por Alfredo Dillon, revelan que seis de cada diez chicos que van a la escuela no hacen ejercicio fuera de la escuela. Y ese déficit es aún mayor entre los chicos más pobres, que quedan expuestos al sobrepeso y la obesidad. El problema -que reconoce múltiples causas económicas y sociales- se agrava por la cada vez menor inserción de la educación física en los establecimientos escolares.

Los alumnos que van a colegios de jornada simple practican menos deportes que los que hacen doble escolaridad. Es decir que el déficit de actividad física es una consecuencia de la escasa oferta de escuelas de jornada extendida (alcanzan sólo al 8% del país y se concentran en la gestión privada y en Capital).

El relevamiento en el Gobierno porteño detectó que, cuando suena el timbre, muchos alumnos salen al patio con sus celulares o sus netbooks y se pasan todo el descanso sentados frente a las pantallas. “Por eso decidimos crear el programa Recreos en Movimiento, tratando de estimular los juegos activos durante el recreo”, señala Héctor Gatto, director de su área.

La Organización Mundial de la Salud recomienda que, al menos tres veces por semana, los chicos hagan actividades aeróbicas intensas (como correr y nadar rápido) y actividades para fortalecer los músculos y los huesos. Y necesitan, como mínimo, una hora diaria de actividad física moderada, de acuerdo a su edad y desarrollo físico.

Fuente: La Razón