Las claves para entender el avance de la extrema derecha en Europa

El desgaste en la percepción de los votantes de los partidos populares y socialistas que no han sabido encontrarle una salida a la crisis, así como la muy baja participación popular en los comicios permitieron el crecimiento de las agrupaciones euroescépticas y de la ultra derecha xenófoba.

Los denominados partidos euroescépticos y los ubicados en la extrema derecha, muchas veces abiertamente xenófobos, fueron los grandes ganadores en las elecciones al Parlamento europeo que se registraron el último domingo en 21 de los 28 países del bloque y que habían empezado el jueves anterior para los siete restantes. Aunque el resultado no modificará sustancialmente la correlación de fuerzas en el Europarlamento, donde el Partido Popular Europeo se mantendría como primera fuerza seguido del Partido Socialista Europeo, el crecimiento de la ultraderecha encendió una luz de alarma en todo el viejo continente.

Entre las causas se encuentran la baja participación en los comicios y el fuerte desgaste en la percepción de los votantes de la imagen de los partidos populares y socialistas que gobiernan en prácticamente todos los países de Europa y no han sabido encontrarle aún una salida a la crisis que los afecta desde 2008.

De los más de 413 millones de europeos que estaban en condiciones de concurrir a las urnas para elegir a los 751 diputados que renovarán el Parlamento Europeo, menos de la mitad emitió su voto. Aunque marcó una muy leve mejora con respecto a los comicios de 2009, apenas un 0,09%, la participación registrada el último fin de semana consolidó la tendencia al escepticismo que se verifica desde las primeras elecciones al Parlamento Europeo celebradas en 1979.

En aquella oportunidad la participación fue del 61,99%. Desde entonces no ha dejado de caer. En 1984 el 58,98% concurrió a las urnas, en 1989 la participación cayó al 58,41%, al 56,67% en 1994, al 49,51% en 1999, en 2004 se redujo hasta el 45,47% mientras que en 2009, su nivel más bajo, sólo el 43% votó. El último fin de semana los europeos repitieron su menor nivel de participación histórica: sólo el 43,09% sufragó.

La falta de confianza en las políticas emitidas desde Bruselas permitió que los partidos euroescépticos, que propugnan desde la eliminación del Euro hasta la eliminación lisa y llana del bloque europeo crecieran. Junto a ellos también lo hicieron los partidos más radicalizados, tanto de derecha como de izquierda. Sin embargo fue el crecimiento de las fuerzas de ultraderecha, con posiciones xenófobas y racistas las que más avanzaron, particularmente en Francia donde el Frente Nacional de Jean Marie Le Pen, hoy conducido por su hija, Marine, ganó por primera vez una elección a nivel nacional con el 25% de los votos.

De esta manera la ultraderecha francesa amplió su bloque el parlamento Europeo de tres a 23 escaños.

Pero no es Francia el único país en el que la ultraderecha experimentó un crecimiento inusitado. En Dinamarca cosecharon el 23% de los votos, el 22% en el Reino Unido, el 20% en Austria y el 15% en Hungría.

En Grecia, los neonazis de Amanecer Dorado fue la tercera fuerza más votada con cerca del 10% de los sufragios. Amanecer dorado que logró acceder en 2012, en medio de la fuerte crisis que vive ese país, por primera vez al Parlamento griego cuando obtuvo el 7% de los votos, mejoró dos años más tarde lo que había sido hasta entonces su mejor resultado electoral.

Los euroescépticos de Alternativa por Alemania entrarán por primera vez en el Parlamento Europeo, con el 7% de los votos gracias a su llamado a «terminar de una vez con el Euro».

En Austria el xenófobo Partido Liberal Austríaco, liderado por Heiz Christian Strache, fue la tercera fuerza más votada con su posición abiertamente antieuropea y un discurso xenófobo e islamófobo. En 2012 Strache presentó una queja ante la Corte Europea de Derechos Humanos en protesta por la participación de Austria en el rescate financiero de Grecia.

En Hungría la utraderechista Jobbik, tercera fuerza en el Parlamento local, fue el segundo partido más votado en las elecciones europeas. Jobbik conjugó sus críticas a la crisis y las políticas europeas frente a ella con un discurso racista y agresivo. De hecho sus seguidores han atacado a la población gitana a la que acusan de ser los responsables por los problemas de inseguridad que vive el país.
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