El Frente Renovador interpretó la reunión de los mandatarios como «un signo de debilidad»
Por Marcelo Veneranda | LA NACION
«No opino de las internas de otros partidos.» Con una frase de laboratorio, el diputado Sergio Massa minimizó la reunión que antenoche mantuvieron el grueso de los gobernadores peronistas y, de paso, aprovechó para alejarse otro paso de la etiqueta del «PJ» , que podría volverse incómoda en 2015 si el oficialismo no logra torcer el rumbo de los últimos meses.
Lo cierto es que en el Frente Renovador interpretaron la foto de los mandatarios -doce en total- junto al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, como una señal de «debilidad» del oficialismo ante los movimientos del ex intendente de Tigre y asociaron a sus protagonistas -o a casi todos- con el «pasado».
El vocero de esa postura fue el jefe del bloque de diputados massistas, Darío Giustozzi. «Esa foto es una expresión que tiene mucho de pasado, algo de presente y nada de futuro. Algunos de ellos más que otros, son responsables de los actuales desaciertos en materia de economía y seguridad», opinó el ex jefe comunal de Almirante Brown, ante la consulta de LA NACION.
El veredicto compartido por la cúpula del Frente Renovador fue que la escena de unidad y diálogo entre los mandatarios buscó disimular, en cambio, la situación real, que juzgaron inversa. «Si se tienen que juntar todos para frenar a Massa es porque están complicados. Cada ladrillo que se caiga de ese dique va a hacer más agua», interpretó un hombre que conoce de cerca el pensamiento del líder del Frente Renovador.
Otro apeló a la jerga campestre para definir la imagen. «Están juntitos como hermanos en desgracia. El problema es que van a tener que juntarse todos los días para contar los huecos que van a ir apareciendo», sostuvo.
El intendente de Olavarría, José Eseverrí, tomó el encuentro con ironía. «Gobernadores del PJ se reunieron en un regimiento. ¿Milani les hizo el asado?», escribió en Twitter, en alusión al lugar elegido para la cena: el Comando de Remonta y Veterinaria del barrio de Palermo, y al jefe del Ejército que impulsó el Gobierno, César Milani.
«Me parece que fue la reunión de los que siempre se arrodillaron ante el gobierno de Cristina Kirchner y que no quieren cambiar nada en la Argentina», dijo el jefe comunal a LA NACION.
Quien ayer salió con los tapones de punta contra uno de los protagonistas de la foto fue el senador bonaerense Baldomero Álvarez de Olivera, que acusó al mandatario Daniel Scioli de no resolver la crisis con los docentes y la inseguridad por estar «siempre en campaña tratando de seducir gobernadores, por un proyecto personal».
Al senador, que reaccionó así tras un artículo que lo mostraba cerca de Scioli -para quien supo trabajar antes de pasarse con Massa-, le salió al cruce el secretario de Gobierno bonaerense, Martín Ferré. «Es un oportunista de manual, experto en proyectos personales», le dedicó Ferré.
Posse, tras los pasos de Massa
Un día después de que el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, se reuniera con el alcalde de Bahía Blanca, Gustavo Bevilacqua, el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, fue a esa ciudad bonaerense a refrendar el nuevo vínculo político. En su intento por posicionarse como candidato a la gobernación, Posse se reunió con referentes de distintas fuerzas políticas y recorrió la feria multisectorial FISA. Los dos intendentes compartieron experiencias sobre la campaña de recolección de firmas en contra de la reforma del Código Penal y reiteraron la necesidad de contar con policía comunal..