Merlo vuelve al trabajo mientras los dirigentes esperan que renuncie

Es la primera práctica luego de la derrota con Newell’s que derivó en una reunión urgente de la cúpula del club. En el encuentro se llegó a la conclusión de que el ciclo del DT está cumplido, aunque no se animan a echarlo.

El hombre de la estatua está solo y espera. Piensa una y mil veces. Tal vez mira al cielo buscando una señal cómplice del destino. ¿Qué hacer?, se pregunta internamente. ¿Escuchar al corazón o atender a la razón? ¿Darle curso a la ilusión de seguir siendo el entrenador de Racing, el club que le dio la gloria como DT, o dar el portazo luego de la maniobra que ayer realizaron algunos dirigentes? Hoy, cuando Mostaza se presente a la práctica, varios interrogantes se responderán. ¿Se irá?

“Si Merlo presenta la renuncia lo vamos a analizar, pero no vamos a ser caprichosos” , le dijo Víctor Blanco a Clarín. Hoy se verán las caras en el Cilindro .

Los directivos de Racing se encargaron de que trascendiera que estaban reunidos. Ayer se juntaron en el hotel Savoy (Blanco, Cambareri, Fernández, Chiodini, Devia, Ledebur, Mena y Torres) y concluyeron que el ciclo de Merlo está terminado. En menos de un minuto llegaron a la conclusión. Pero, ¿quién es capaz de echar al hombre que sacó campeón a Racing luego de 35 años? Nadie. Entonces, hay que esperar un guiño del técnico. ¿Hay que hacer enojar a Mostaza , herirlo en su orgullo? Quién sabe. El técnico prefirió alejarse del ruido mediático, escapando de la Capital Federal. ¿Renunciará? ¿Pasará hoy? Para muchos dirigentes sería un alivio que se fuera por su cuenta, algo necesario para descomprimir, especialmente para aquellos que nunca lo quisieron. Pero para maquillar y para no salir perjudicados, Blanco, en nombre de todos, ratificó a Mostaza en su cargo, aunque con muchos peros .

Roberto Torres es el único dirigente que banca abiertamente a Merlo.

“Yo a la estatua no la tiro por la ventana: la admiro y la cuido”, le explicó a este diario. Y agregó: “Va a seguir”. Esta sólo Torres, como el técnico. Democráticamente, el presidente Blanco se apoya en la mayoría. Su inesperado mandato -llegó luego de las renuncias de Cogorno y de Molina- se alimenta del consenso. Lo que dice la mayoría es sagrado. Y casi todos consideran que Merlo no tiene con qué sacar al equipo del pozo. Saben que los jugadores no le responden (creen que son obsoletos los métodos del entrenador) y consideran que ha fallado más de lo normal en los esquemas y en algunos cambios. Y el tema del descenso los agobia. “Si fuese otro ya no estaría en el banco”, cuenta un dirigente. En un año político nadie quiere cargar la mochila de despedir al ídolo. Muchos de los integrantes de la CD tienen aspiraciones para las elecciones previstas para diciembre. Eso explica la maniobra de desgaste.

En la mesa de hotel Savoy, entre café y café, aparecieron nombres. Ricardo Gareca es el sueño imposible. Julio César Falcioni es el técnico que impulsan los seguidores de Molina. Palermo, Arruabarrena y Sava los jóvenes estilo Zubeldía. La idea de que Mauro Camoranesi suceda a Merlo, impulsada por el plantel, no cuenta: los dirigentes casi no tienen diálogo con los referentes. La relación se rompió definitivamente cuando Agustín Pelletieri se fue del club.

Así las cosas, el partido del sábado ante Belgrano asoma como crucial. Ahí se definirá la situación. Si Racing pierde, Merlo tendrá que renunciar por la coyuntura. “Soy trabajador y honesto”, dijo en Rosario.

Mostaza se juega la última carta con la gente. “Todos los días siento el apoyo de los hinchas”, comentó alguna vez. ¿A quién le apuntará la hinchada? ¿A los jugadores, a los dirigentes o a Merlo? El técnico, que es consciente que ni los dirigentes ni los jugadores están conformes con él desde lo profesional, se aferra al cargo. En caso de ganar, Mostaza seguirá y para la CD será un consuelo económico: no le tendrán que pagar a otro.

Paso a paso se define el futuro del DT. Ayer la alegría; hoy, las dudas.

Mostaza tiene la pelota.

Fuente: Clarín