La pelota no se Manchester

Pese a los problemas en el City, Tevez está por cerrar un 2010 espectacular en su club. Ayer brilló contra Newcastle: metió dos goles, una asistencia y un ¡chupete!

Tevez es así. Tómalo o déjalo. Sus cambios de opinión constantes, sus ganas de romper contratos firmados, su afán de ir siempre por lo prohibido. Todos esos condimentos son cuando abre la boca, cuando sus pensamientos salen sin medir qué pasará. Pero esas aristas negativas quedan de lado cuando sale a la cancha. Por eso, lo aman en Boca, en el Corinthians, en el West Ham, en el Manchester United, ahora en el City, y, obvio, en la Selección, donde la gente lo adoptó como el jugador del pueblo (y no por su rendimiento futbolístico). Dentro del campo es una fiera, capaz de cambiarle el sistema táctico a un DT (Maradona dixit), capaz de pelear un partido solo y llevar a su team al éxito. Manchester City vive una primavera, un sueño que ya es una bola de nieve exclusivamente por el hambre de gloria del Apache. Porque si bien el team se armó para pelear arriba, si se va Carlitos deambularía por la mitad de la tabla.

Hace una semana pidió por carta irse del club porque extrañaba a sus hijas y porque sentía que el City no acompañaba sus ansias de títulos. Hizo las pases, no jugó bien con el Everton hace una semana y ayer la rompió ante el Newcastle. En el tradicional Boxing Day, esa celebración bien británica post navideña que se aprovecha para difundir desde los espectáculos deportivos la necesidad de realizar donaciones y entregar regalos a los más necesitados, Carlitos se vistió de Papá Noel. Metió dos goles y una asistencia, para una victoria importante del equipo de Mancini.

La previa marcaba un partido chivo para el City. Pero cuando parece que se va a desmoronar, el capitán dice presente. Clave en la jugada del primer gol para robar y asistir a Barry en el amanecer del match. Y a los cuatro minutos, cuando los hinchas locales aún se estaban sentando, Carlitos arrancó por derecha, se la cedió a Milner y fue como un toro a buscar la devolución detrás de Coloccini. Y el pase le llegó ahí, puso la pierna y salió a festejar el 2-0. Y salió a festejar con el chupete (dedicado a sus nenas), ese mismo producto que hizo debutar en sus tiempos de fútbol brasileño y que hizo ganar mucho dinero a los dirigentes del Corinthians, que rápidos, lo sacaron a la venta con los colores del club.

El City, como casi siempre, se durmió una siesta. Había olor a empate tras el 1-2 de Carroll. Pero Carlitos no quiso. Armó un jugadón en el final y su derechazo terminó en gol, tras rebotar en Colocho. Así, llegó a 12 en el torneo (uno menos que Berbatov, el top) y 33 en el año. Una cifra que parece irrisoria al lado de los 60 de Messi, pero no hay que medir todo desde la vara de Lionel porque es el mejor del mundo. El 2010 de Carlos es muy bueno en cantidad de partidos (48), en goles (33) y, sobre todo, en juego: volvió a pisarla como en su infancia.

Fuente: Olé