Un prófugo de Ezeiza sería el cerebro del robo al blindado

blindadoHay firmes sospechas de que uno de los fugados de la cárcel de máxima seguridad planeó el frustrado golpe

Los investigadores del trágico frustrado robo a un camión blindado en Moreno, donde murió un jubilado, están convencidos de que tienen identificado al presunto cerebro de la organización. Se trata de una persona conocida en las cárceles del Servicio Penitenciario Federal (SPF) y que protagonizó la escandalosa fuga del penal de máxima seguridad de Ezeiza, en agosto pasado.

Según calificadas fuentes judiciales, el sospechoso es Mario Enrique Bañera, que antes de ser detenido en 2012 tenía domicilio en el partido de Moreno, lugar que habría elegido para dar el golpe.

Bañera, de 38 años y que también se hacía llamar Mario Bagnera, estaría secundado por un hermano, agregaron las fuentes judiciales consultadas por LA NACION. La información sobre el presunto sospechoso había sido informada ayer por el matutino Tiempo Argentino.

«Existen elementos de prueba suficientes que indicarían que el prófugo de Ezeiza dirigió la banda que intentó robar $ 1.000.000 de un camión blindado en Moreno», afirmó a LA NACION una calificada fuente del caso.

Mientras los investigadores del caso trataban de dar con el sospechoso, el fiscal Gabriel Lorenzo, a cargo de la investigación, indagó ayer al único detenido de la causa: Manuel Hernández, de 33 años, que dijo ser inocente, explicaron voceros con acceso al expediente.

Hernández, asistido por un defensor oficial, le dijo al fiscal Lorenzo que él no tiene nada que ver con el hecho y dio su versión sobre dónde estuvo y qué hizo al momento del frustrado y trágico asalto, citas que ahora serán evacuadas por los investigadores.

Las fuentes precisaron que el acusado fue indagado como coautor de los delitos homicidio criminis causa , tentativa de robo calificado y tentativa de homicidio.

Tras la declaración indagatoria, el fiscal Lorenzo pidió la detención formal de Hernández al juez de Garantías de turno. El sospechoso había sido detenido en el barrio Villa Aurora, del partido de Moreno, a 40 cuadras del lugar del intento de robo al camión de caudales.

En el allanamiento, los investigadores secuestraron teléfonos celulares que le permitirían saber con quién se comunicó el acusado en el momento del robo.

La sospecha es que Hernández pudo haber actuado de apoyo de los delincuentes que se tirotearon con los custodios de la firma Prosegur que debían dejar alrededor de 1.000.000 de pesos en la sucursal Moreno del Supervielle, situada en Nemesio Álvarez al 200.

Fuentes de la investigación explicaron a LA NACION que los detectives policiales y judiciales esperan para las primeras horas de hoy el resultados de los peritajes efectuados en la camioneta Peugeot Partner blanca abandonada a 300 metros del tiroteo.

En el vehículo, los detectives de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de Mercedes hallaron huellas y manchas de sangre de uno de los delincuentes.

También los pesquisas aguardan los resultados de distintos peritajes, principalmente balísticos, para avanzar en la recolección de elementos de interés para la causa, al tiempo que continúan con distintas diligencias.

Todo comenzó anteayer, a las 8.35, cuando el camión de caudales llegó a la sucursal del Supervielle. El vehículo de Prosegur transportaba entre 8.000.000 y 12.000.000 de pesos, pero como se dijo, en ese banco sólo iban a dejar 1.000.000 de pesos.

En la puerta del banco había varias personas haciendo la fila para ingresar. Era día de pago de jubilaciones, pensiones y planes sociales. Francisco Figueroa, de 87 años, era uno de los que esperaban cobrar 2381 pesos de su haber mensual y murió en el tiroteo. Además hubo tres mujeres embarazadas y dos custodios de Prosegur heridos.

El tiroteo comenzó cuando dos uniformados custodiaban al portavalores, que bajó del camión una saca de dinero para ingresarla en la entidad. En ese momento, ocho delincuentes armados se movilizaron con intenciones de robo y comenzaron a disparar.

Los custodios comenzaron a disparar y uno de ellos se arrojó sobre una mujer que se encontraba en la línea de fuego. El tiroteo terminó con dos de los custodios heridos, de 35 y 42 años.

En el lugar se hallaron por lo menos 84 vainas servidas. Sin embargo, pudo haber más disparos efectuados con revólveres, los que retienen las vainas en sus tambores…

Fuente: La Nación