Un grupo lo ocupó en la madrugada de ayer. Otro intentó desalojarlo y chocaron con la policía. Anoche fue desocupado.
Violentos incidentes se produjeron ayer en la villa Fraga, en Chacarita, cuando habitantes del asentamiento y militantes de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) chocaron con la Policía Federal al intentar sacar por la fuerza a quienes tomaban un comedor comunitario.
Algunos vecinos indicaban que los ocupas eran narcos que querían quedarse con el lugar, y otros los acusaban de pretender lotear el galpón para alquilar piezas. Pero gente del barrio aseguraba que eran vecinos de la villa que buscaban un techo propio. La calma volvió anoche, alrededor de las 21, cuando el comedor fue recuperado. El secretario de Seguridad, Sergio Berni, afirmó en TN que el operativo de desalojo se desarrolló “en paz”.
Hubo siete heridos, entre ellos dos policías y el chofer de una ambulancia del hospital Tornú. Los incidentes ocurrieron en el comedor La Esperanza, que desde hace una década asiste a unos 480 chicos. Queda dentro del asentamiento que se formó en el playón ferroviario ubicado en la calle Fraga entre Teodoro García y Céspedes, detrás de la estación Federico Lacroze, terminal del tren Urquiza. Es un asentamiento que creció aceleradamente: en 2001 había apenas algunas casillas de operarios del ferrocarril, pero actualmente viven más de 5.000 personas, en edificios muy precarios que alcanzan los cinco pisos.
Estela Santillán, militante de la CCC que trabaja en el comedor, contó: “Los primeros cinco años cocinábamos a leña, y recién después empezó a llegar algo más que fideos y tomates. La Nación nos manda 400 raciones por día, pero las estiramos para que coman 480 chicos. Hace dos noches que no duermo, nos quedábamos cuidando el lugar porque esto se veía venir”.
En la madrugada de ayer, unas 25 personas irrumpieron en el lugar y echaron a la gente que lo custodiaba. En el choque, destrozaron o se robaron las tres cocinas, tres garrafas y un freezer. Hubo otro enfrentamiento a las 10 de la mañana, hasta que llegó la Policía y formó un cordón para separar a los ocupas del resto. Pero pasadas las 18 arribó la Guardia de Infantería con unos 40 efectivos, lo que irritó a quienes pedían la liberación del predio. Entonces volaron piedras hacia todos lados, hubo palazos y golpes, con gente que corría entre los pasillos de la villa. Además, la calle terminó cortada por una protesta.
Fuente: LA Razón