La realidad económica irrumpe por la ventana en un clima de vacío de poder remarcado por la ausencia de una presidente que siempre centralizó las decisiones. Axel Kicillof, Guillermo Moreno y el tándem Amado Boudou-Hernán Lorenzino están navegando con el piloto automático ante una drenaje de reservas del Banco Central que ya es harto alarmante. Ayer, el BCRA perdió otros 150 millones de dólares, que se suman a los 340 millones de anteayer, dejando en las arcas de la entidad 32.600 millones. La falta de decisiones en este campo viene de lejos, de bastante antes de la licencia presidencial. Desde varios meses atrás, ella en sus discursos decía que el mundo se venía abajo y que en la Argentina estaba todo fantástico y que, por lo tanto, no había nada importante que modificar en la política económica. Mientras tanto, las tendencias que mostraban el déficit energético, del turismo y la industria automotriz se convirtieron en una pesada carga para esta economía que creció el 4% el segundo trimestre pero que desde septiembre ingresó en una desaceleración o recesión con una inflación que ya supera el 27% anual. Como es lógico, aumenta la pobreza estructural, que ya alcanza a cerca del 30% de la población. Sea que CFK vuelva el lunes a todo ritmo o con un retorno pausado con poca actividad y centralizada en la residencia de Olivos, es urgente tomar decisiones en materia cambiaria para que la economía retome la senda del crecimiento. Pero la mayor parte de los analistas coinciden en que lo más probable es que la presidente decida muy pocos cambios y que se limite a colocar más parches, con la esperanza de aguantar hasta el 2015, para que el ajuste lo tenga que hacer el que sigue. Es cierto que el gobierno ya tomó en el frente externo algunas medidas que pueden evaluarse como correctas, como el acuerdo con el Banco Mundial por los juicios del CIADI, la propuesta de un nuevo índice de precios que no se sabe si seguirá siendo trucho, las complejas negociaciones para llegar a un acuerdo con los denominados fondos buitres y también las promesas de solucionar la deuda con el Club París. Pero cabe hacer una distinción. Estas medidas “aparentemente correctas” para salir del aislamiento con el mundo financiero no son el resultado de querer romper ese aislamiento sino que se toman porque se trata de batallas perdidas. Por ejemplo, la Corte Suprema de los EEUU obligará a la Argentina durante el 2014 a que le pague al fondo Elliot la suma de 1330 millones de dólares. Así es que se dan estos pasos correctos con el fin de que la Corte acepte tomar el caso argentino y favorezca que se llegue a un acuerdo entre los fondos que entraron al canje como Gramercy y Fintech y Elliott, para que este último acepte un pago menor.
No se ve la salida
Un problema por ahora insalvable es que el ofrecimiento del gobierno está muy lejos de los 1330 millones dólares reclamados. Es decir que se estaría ofreciendo pagar 300 millones de dólares. Singer está dispuesto a cobrar menos pero no tan poco y quiere negociar directamente con el gobierno. La presidente rechaza esto no por una cuestión de principios sino porque después de sus ataques descalificatorios a los fondos buitres no puede sentarse a la mesa con ellos sin pagar un alto costo político.
En la encrucijada por el drenaje de divisas los pronósticos sobre cuántas reservas habrá a fin de año son variables. La mayoría dice que quedarían los 32.500 millones de dólares ahora pero hay quienes aseguran que, a este ritmo, es muy posible que se llegue a fin de año con menos de 30.000 millones de reservas brutas. Es que 8.000 millones corresponden a depósitos del público, por lo cual en marzo quedarían reservas netas por debajo de los 20.000 millones de dólares. Un ingreso en la zona roja que podría ser la antesala de una crisis macroeconómica de las que suelen producirse aproximadamente cada diez años en la Argentina. El aumento de la pobreza estructural y de la penetración del narcotráfico son factores que, en un episodio de corrida bancaria y cambiaria, pueden generar un escenario de caos con algunas similitudes importantes con el 2001.
Guillermo Cherashny/informadorpublico.com