Es parte del giro de su campaña tras la magra cosecha en las PASO; primeros contactos
Por Nicolás Balinotti | LA NACION
Todo vale en el ajedrez electoral. Después de haber sido relegado al cuarto lugar en las elecciones primarias, con apenas un 10,5% de los votos, Francisco de Narváez ensaya una nueva estrategia rumbo a los comicios generales del 27 de octubre: se acercará mediante frases y gestos al gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, principal espada de la campaña kirchnerista.
Pero no sería el único giro del empresario: evalúa abandonar el eslogan «Ella o vos», una marca registrada que impulsó este año para forzar una polarización entre Cristina Kirchner y él. Su intención será ahora focalizar sus críticas únicamente hacia Sergio Massa, el ganador de la primarias, y modificar el tono agresivo del tramo inicial por más propuestas. Insistirá también en la necesidad de un debate con sus competidores rumbo al Congreso.
De Narváez y Scioli cruzaron un apretón de manos el jueves pasado en el hotel Alvear, sede del Consejo de las Américas. Se saludaron en público, pero la charla continuó en privado, en una sala VIP. El canal de diálogo entre ambos siempre estuvo abierto: José «Pepe» Scioli, hermano del gobernador, es candidato a diputado provincial por el denarvaísmo y suele ser el nexo entre ambos. «Siempre hubo buena onda», dijo éste a LA NACION sobre el vínculo entre Daniel y «el Colorado».
De Narváez sueña con un acuerdo que hoy se proyecta algo borroso. Anhela que Scioli lo respalde en su proyecto de ser en 2015 el candidato a gobernador bonaerense por el peronismo. Hace unos días, en una entrevista en TN, entregó una pista. Le preguntaron a quién elegiría entre Scioli y Massa para después de octubre. «Voy a trabajar para que el próximo presidente sea peronista», intentó eludir la respuesta. Ante la insistencia, con el gesto torcido y un dejo de picardía, aclaró: «No me da lo mismo [entre Scioli y Massa]».
Apenas unos minutos antes, como parte del mismo diálogo con el periodista Joaquín Morales Solá, había endulzado al gobernador y le había caído encima con críticas al jefe comunal de Tigre. «Volvería a apoyar a Sciola [lo respaldó ante los ataques kirchneristas]. Es una persona previsible. Hemos estado en veredas enfrentadas y nos hemos respetado. Él sabe que hemos tenido posiciones distintas, fundamentalmente en la política de seguridad. Yo sé dónde está él y él sabe dónde estoy yo», dijo De Narváez sobre el mandatario bonaerense. Y acerca de Massa, señaló: «Nosotros calentamos la pava y vino Massa y se tomó el mate. Ahora se viene el tiempo del debate y qué plantea cada uno. No estoy seguro de qué piensa Massa».
Como parte de la reorientación de la campaña, De Narváez tuvo una reunión con el moyanista Omar Plaini, el número dos en su lista de aspirantes a diputados nacionales. Ajustaron detalles y se comprometieron a trabajar más coordinadamente. El compromiso pudo haber sonado a reproche a Hugo Moyano, que evitó involucrarse de lleno en la campaña y que después del pobre resultado de las PASO no rechazó un acercamiento futuro al Frente Renovador de Massa.
Menos confrontación
El equipo de comunicación de De Narváez todavía no definió si dará de baja el eslogan «Ella o vos», como sugirieron otros hombres de peso cercanos al empresario. «La gente quiere respuestas y proyectos, no confrontación», dijo otro referente del espacio. Y añadió: «Tenemos que insistir en los 154 proyectos de ley que presentamos para combatir la inseguridad y la droga».
Desde el massismo, atentos a captar los votos de De Narváez, siguen detenidamente los pasos de su rival. Sospechan de un posible acuerdo con la Casa Rosada para evitar que el intendente de Tigre supere la barrera de los 40 puntos en octubre [en las primarias logró 35%]. Un dirigente activó esta semana averiguaciones sobre la presencia de De Narváez en una charla con funcionarios kirchneristas. La pesquisa de los massistas sigue abierta e inconclusa.
De ahora en más, De Narváez evitará confrontar con Scioli. Puertas adentro, también resolvió dejar en manos de Plaini cualquier cruce que pueda surgir con el Grupo Clarín, a quien había señalado como el impulsor de las versiones sobre la renuncia a su candidatura para unificar el voto opositor detrás de Massa. Plaini conoce bien esa batalla: se enfrentó a Clarín desde el sindicato de los canillitas y acompañó a Moyano en los bloqueos de los camioneros.
El temor de De Narváez sobre una fuga de adherentes continúa. Sobre todo porque sus votantes, todos férreos opositores al kirchnerismo, tal vez se vuelquen en octubre hacia un candidato que realmente pueda vencer a la Casa Rosada..
Fuente: LA NACION