Condenan a 14 años de prisión a un hombre por quemar a su esposa embarazada

violencia genero
Así lo resolvió el TOC 1 porteño contra Simón Bracamonte por ser responsable del delito de «tentativa de homicidio agravada por el vínculo». El imputado había agredido anteriormente unas 24 veces a su mujer. Cuando ocurrió el hecho donde el agresor quemó a su mujer, el acusado estaba en libertad condicional por varias causas de robo.

Un hombre fue condenado hoy a 14 años de prisión, en un fallo inédito en el país, por prender fuego con alcohol a su esposa embarazada en su casa del barrio porteño de Flores, causarle graves heridas e intentar evitar el acceso de un médico para que la atendiera.

El veredicto fue dictado por el Tribunal Oral en lo Criminal 1 porteño contra Simón Bracamonte (37), hallado responsable de «tentativa de homicidio agravado por el vínculo» y quien en 24 ocasiones anteriores, a lo largo de un año, había agredido a su esposa, hoy de 28 años.

«Hay muchas mujeres, me dan bronca, las quiero matar a todas», dijo el hombre condenado hoy cuando durante una de las audiencias advirtió la presencia de integrantes de diferentes organismos que ayudaron a su pareja.

El imputado hizo ese comentario a los cuatro efectivos del Servicio Penitenciario que lo custodiaban y que alertaron al tribunal porque además del caso por el que se lo juzgaba, tenía otros antecedentes graves, dijeron fuentes judiciales.

Además de estar preso por varios robos con armas, en una ocasión fue llevado al Hospital Piñero tras un asalto y mientras estaba allí, prendió fuego la sala en la que se encontraba y golpeó a pacientes y médicos.

En el caso por el que hoy terminó condenado a 14 años de prisión, su defensa intentó hacer pasar el hecho como un accidente ocurrido cuando el hombre acercó un cigarrillo encendido al cabello de su mujer, pero los jueces descartaron de plano que esto haya sucedido y aceptaron el criterio de la fiscal Mónica Cuñarro.

Además de dar por probado que el imputado quiso matar a su esposa, Cuñarro había remitido a una afirmación realizada por la jueza de la Corte Suprema, Carmen Argibay, durante un encuentro realizado en Santiago del Estero hace tres meses.

«Es imprescindible que todos los que somos operadores del sistema generemos campañas de concientización sobre el tema de violencia de género. Porque aún sigue existiendo machismo judicial en el que son discriminadas las mujeres, en particular aquellas de menores recursos. Por eso debemos pedirles a los jueces y fiscales varones que nos acompañen en el avance y respeto de los derechos de los más vulnerables», dijo Argibay y repitió la fiscal.

Los jueces Martín Vázquez Acuña, Alberto Huarte Petit y Roberto Salas hicieron lugar casi totalmente al pedido de la fiscal Mónica Cuñarro y la querella, que habían solicitado que el hecho sea enmarcado en este delito y castigado con 15 años de cárcel.

«Gracias, no voy a tener más pesadillas de que lo dejen libre y me venga a matar», dijo llorando B., la víctima, al presenciar esta tarde la lectura de la sentencia en el Palacio de Tribunales.

Por su parte, la fiscal Cuñarro dijo a Télam que «este es un fallo ejemplar e inédito» porque en este tipo de casos en general se logran condenas sólo por el delito de «lesiones», que tiene una pena mucho menor.

La representante del Ministerio Público elogió que los jueces hayan tenido en cuenta, a la hora de dictar la pena, tres convenciones y pactos de rango constitucional sancionados por el Congreso Nacional en los últimos 10 años.

El hecho que se ventiló en el juicio ocurrió el 23 de julio de 2012 a las 10.30 en Balbastro al 2700 del Bajo Flores, cuando Bracamonte, que estaba en libertad condicional por varias causas de robo, citó a su casa a su esposa, que iba a concurrir a la ginecóloga porque estaba embarazada de un mes.

«Ahora vas a ver, vas a aprender a hacerme caso», le dijo el imputado a la mujer, de acuerdo al expediente, tras lo cual la obligó a desnudarse, la roció con alcohol y finalmente la prendió fuego en la cara, la espalda y los hombros.

Los jueces consideraron probado que para provocarle más dolor, le tiró una manta de nylon, lo que empeoró las heridas, y cuando un vecino tocó el timbre, Bracamonte salió y dijo que era una simple discusión de pareja, momento en el que la joven aprovechó para llamar al SAME.

La mujer declaró que logró llegar a la ducha, envolverse en una sábana y mientras gritaba escapó del departamento hacia el de una vecina que le abrió, le puso cubitos de hielo en el cuerpo y volvió a llamar a la ambulancia.

Afirmó, además, que Bracamonte quería tirar abajo la puerta y amenazó de muerte a la vecina, por lo que hoy también se lo condenó por «amenazas coactivas».

Cuando los médicos llegaron, el ahora condenado los interceptó en la puerta del edificio e intentó convencerlos de que se trataba de una falsa alarma y así evitar que pudieran auxiliar a su esposa, pero finalmente pudo ser llevada al hospital de Quemados.

B. perdió su embarazo y estuvo bajo tratamiento psicológico por pesadillas e insomnio, ya que temía que liberaran a su ex marido. Los mismos síntomas sufrió la vecina que la ayudó.

Durante el juicio, se revelaron aspectos dramáticos de la relación: de los diez años que estuvieron casados, la pareja sólo pudo convivir uno porque el resto él estuvo preso por robos, pero ella siempre iba a visitarlo y era obligada por él a tener relaciones, de las cuales nacieron tres niños.

«Pero él es bueno», se la escuchó decir en varias audiencias a la víctima, quien pareció estar en shock hasta hoy, cuando agradeció a los jueces, a la fiscal, a integrantes de la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte y de la Procuración General.
911-online.com.ar