Durante una década, la compañía consumió millones de pesos del Estado. El Gobierno había anunciado su liquidación hace siete años.
Finalmente, el Gobierno oficializó la liquidación de Líneas Aéreas Federales (LAFSA), la aerolínea que nunca voló y que durante casi una década consumió 140 millones de pesos del Estado.
A través de la Resolución 1031, publicada hoy en el Boletín Oficial, el Ministerio de Economía consideró a la aerolínea en «estado de liquidación». El liquidador, designado en noviembre de 2009 fue José Alberto Bidart, el mismo que en 2003 había sido designado presidente de la empresa.
LAFSA había sido creada el 21 de mayo de 2003, para absorber a empleados de las empresas LAPA y Dinar, a través de un decreto de necesidad y urgencia que firmó el entonces presidente Eduardo Duhalde cuatro días antes entregarle el poder a Néstor Kirchner. En el acto inaugural, el 3 de octubre de ese año, Kirchner había dicho que LAFSA permitiría «unir la Argentina y terminar con los caprichos de los vuelos organizados por determinados grupos, en forma monopólica». Mucho después, y mientras LAFSA seguía sin volar, llegaría la expropiación de Aerolíneas Argentinas.
La compañía llegó a contar con 850 empleados, incluidos azafatas, pilotos, personal de rampa, gerentes y empleados administrativos. Pero nunca realizó vuelos comerciales y ni siquiera tuvo aeronaves. Sí tuvo un convenio con Southern Winds, que expiró en marzo de 2005 de la mano del escándalo por contrabando de cocaína en vuelos de esa aerolínea, y fue objeto de denuncias de distintas irregularidades. Desde entonces, quedó en una especie de estado vegetativo; buena parte de su personal fue absorbido por LAN.
Aunque ya a principios de 2006 el ministro de Planificación, Julio De Vido, aseguraba que LAFSA «se liquidó» y a mediados de 2008 se anunciaban los últimos pasos para formalizar esa liquidación, el proceso para poner fin a la compañía arrancó efectivamente recién a finales de 2009. A lo largo de los años, el Estado transfirió a LAFSA más de 140 millones de pesos.
Fuente: iEco