Mercado de Pulgas

Boca está de oferta, señores. Tito baratito. Como un puesto de venta ambulante, el equipo va de un lado para el otro ofreciendo tres puntos que valen oro para cualquiera.

A cambio de… nada. Y muchos aprovechan la promo, claro. Ayer fue Newell’s, de la mano de la Pulga Rodríguez. Como antes lo fueron Racing, All Boys, San Lorenzo, Estudiantes, Lanús, Argentinos y River. No importa, obviamente, cómo decore la tienda. Con Lucchetti o con García. Con tres en el fondo o con línea de cuatro. Con Medel de stopper o de volante. Con doble cinco o con un único mediocampista central. Con Riquelme o con otro enganche. Con el doble nueve o con uno por afuera y otro por adentro. Con grandes o con pibes. Con Borghi o con Pompei. Hay variedad pero una sola conclusión: casi siempre termina perdiendo.

Perdió más partidos (ocho) de los que ganó (seis). Recibió más goles (19) de los que convirtió (18). No ganó ningún clásico, incluido el del Monumental. Quedó fuera de la pelea por el título casi desde el arranque mismo del campeonato. No se clasificó para la Copa Libertadores 2011. Se quedó sin el DT que llegó como campeón del fútbol argentino. Los 10.000.000 de dólares gastados en refuerzos no vieron sus frutos todavía. Mientras Ameal piensa en Falcioni para apagar el incendio a partir de enero, ya se acerca Nochebuena, ya se acerca Navidad, y el equipo sigue sin poder cambiar la imagen que tuvo a lo largo de la temporada. En realidad, ya van dos años, desde aquel triangular de diciembre 08 ganado por los de Ischia, que Boca ni siquiera se calza los guantes para pelear.

Contra Arsenal, en el debut del interinato de Pompei, hubo otra actitud. Se ganó, dato no menor, y se vio el auspicioso ingreso de Araujo, autor de un gol y una de las figuras del partido. En Rosario, Boca volvió a la normalidad. El pibe, esta vez, casi ni la tocó. Palermo, asistido el domingo pasado, no estuvo ni cerca del gol 300. Estaba para un empate, es cierto, porque Newell’s no fue superior. Pompei intentó cerrar el 0-0, pero la mala suerte continúa. Luis Rodríguez, que entró por la lesión de Borghello y con pocos minutos en este torneo, la metió en el ángulo desde afuera del área. Hacía más de cinco partidos que Newell’s no convertía (ver aparte).

Tito intentó, desde el primer día de su llegada, de motivar a un plantel desmotivado. El compromiso se notó contra Arsenal. Ante Newell’s el problema no fue la actitud sino la falta de ideas. Esto es Boca hoy. Es lo que hay. Sin Riquelme, su figura, lesionado y fuera de acción hasta el año que viene. Sin rebeldes (salvo Pochi, de a ratos) y con una inconsistencia en el juego que parece más un problema anímico. No pelear por nada, en un club como Boca, no es grato para ningún jugador. Menos grato es saber que los principales responsables son, junto con los dirigentes, ellos mismos. Venga Falcioni, Mourinho o Katorosz, tendrá que haber un click. La tiendita, así, no llega a fin de mes.

¡La Pulga que te picó!

Fuente: Olé