¿Cuánto le cuesta al país cada día no laborable que se agrega y que todos los años baten récords de cantidad ahora que para Cristina Kirchner el feriado largo parece una política de Estado?
Según un estudio reciente de la consultora Analytica, de Ricardo Delgado, las pérdidas serán de 3360 millones de pesos por feriado en las actividades que no reciben ayuda del turismo. Este año, los feriados son 19, un 60% más que en 2009, recuerda Analytica, con seis fines de semana largo de hasta cinco días no laborables todos juntos.
La cuenta más sencilla para estimar las pérdidas es tomar el producto bruto interno de todo un año y dividirlo por 365 y calcular que el monto surgido es la riqueza que se deja de generar. Es un cálculo muy grueso y poco exacto. Las razones son varias:
Muchas actividades que generan riqueza no se detienen porque haya feriado o paro. Los vegetales no dejan de crecer ni el ganado o animales de corral de engordar.
El PBI no se genera por igual durante todo el año. Algunas actividades que influyen mucho en la riqueza que se crea en el país son fuertemente estacionales. La producción de soja es un ejemplo.
Algunos feriados inamovibles coinciden con días no laborables.
Un trabajo realizado en 2012 por el profesor investigador Ricardo Theller, de la UADE, encontraba que no había una caída general de actividad por culpa de una mayor cantidad de feriados. La evidencia que encontraba el trabajo decía en todo caso que si la productividad de la Argentina era baja lo era, por lo menos hasta hace cerca de un año, por otras razones.
Lo que no quería decir que para todos los sectores fuera lo mismo. Para algunos destinos turísticos, los resultados eran mejores con más feriados. Para algunos sectores fabriles con una mejor programación se lograba mantener las metas de producción. Para otros, en cambio, como trabajadores por su cuenta y profesionales o actividades donde se deben pagar horas extra, los datos podrían ser negativos.
El trabajo, en todo caso, mostraba que con los feriados largos y puente no había creación de riqueza ni tampoco una pérdida significativa, sino redistribución de riqueza de algunos sectores que pierden hacia otros que ganan. La misma torta que ya estaba, pero distribuida de otro modo, para alegría de algunos y tristeza de otros.
Hasta noviembre último y según los datos del Indec, el número de automóviles que pasó por peajes nacionales y de la provincia de Buenos Aires creció tres por ciento respecto del mismo período del año anterior, lo que parece ser mucho mejor que el promedio de incremento del PBI. Pero en colectivos y camiones livianos el número sólo se incrementó 0,5%. En la provincia de Buenos Aires, la baja de esa categoría fue de más de 13%. En cambio, subió más de 18% el número de pasajeros en vuelos de cabotaje, pero probablemente se debe a que la comparación se hace con 2011, cuando los vuelos fueron muy afectados por la actividad del volcán Puyehue.
En 2012, con precios que muchas veces no son muy diferentes por las extrañas políticas tarifarias del Gobierno, los pasajeros parecieron volver al avión y elegir menos el ómnibus. Pero parece difícil ver efectos benéficos o destructivos generalizados a raíz de los feriados.
Parecería, en cambio, más lógico hacer otra clase de cuentas. ¿Cuánta recesión aportaron el paro salvaje y la destrucción de instalaciones que sufrió Panamerican Energy en Chubut en 2012? La producción cayó mucho y también el ingreso de divisas. El Gobierno cuenta los dólares casi uno por uno para autorizar importaciones que otros sectores necesitan para producir. ¿Cuánto menos produjo la industria porque se detuvieron las ventas externas de PAE?
También podría medirse cuánta actividad y empleo se perdió porque, también según el Indec, la Argentina faenó en 2011 un 29% menos cabezas de ganado vacuno que en 1995, con desplome de las exportaciones en momentos en que el precio y la demanda internacional eran muy favorables. ¿Y cuánto habrá ganado el PBI uruguayo gracias a la menor competencia argentina en ese sector? Las políticas de «defensa de la mesa de los argentinos» tuvieron efectos catastróficos que ni los feriados de varios años causarían.
El trabajo de Analytica actualiza cifras para calcular el costo de los feriados para los sectores que necesariamente pierden. Y calculó que a la industria manufacturera cada día no laborable le insumirá en 2013 unos $ 989 millones, aunque se trata del sector más diverso. Muchas ramas, como la siderúrgica, que utilizan procesos continuos, no paran. Lo que no significa que no asuman mayores costos. La construcción es la más perjudicada porque es raro ver una obra activa en los días no laborables.
Entre todos, perderán o dejarán de generar unos 672 millones de dólares al cambio oficial. Un costo alto por cada día de descanso..
Fuente: La Naciòn