No estará en la Cumbre del Mercosur; su gobierno había anunciado un mensaje presidencial que nunca llegó.
CARACAS.- ¿Cuál es la gravedad de la salud de Chávez? ¿Está en peligro su vida? Estas dos preguntas recorren sin respuesta las calles y las redes sociales de Venezuela. Y lo hacen a toda velocidad, más aún tras conocerse que el líder bolivariano no acudirá hoy a la Cumbre del Mercosur, en Brasilia, precisamente en el día que debería estar celebrando el 14º aniversario de su primer triunfo electoral.
El fantasma del cáncer ha dejado en entredicho al propio presidente. «Estoy libre» de la enfermedad, entonó en julio al iniciarse la campaña. Hoy nadie cree en la veracidad de esas palabras. Sobre ellas se eleva el misterio creado en torno al tercer hombre más poderoso de América latina (tras Carlos Slim y Dilma Rousseff, según Forbes), que rememora el oscurantismo de comités centrales de otras épocas.
Es un misterio que el ex ministro Andrés Izarra, hombre fuerte de TeleSur, aumentó al insinuar anteayer en Twitter que Chávez reaparecería en la televisión pública desde Cuba. Hasta anoche, nada había sucedido.
«No pudo grabar el mensaje que tenía pensado debido al malestar que sentía», reveló Nelson Bocaranda, convertido de nuevo en una especie de ministro extraoficial de Comunicación ante el secreto de Estado impuesto por el propio Chávez.
«Lo más serio para el paciente son los dolores provenientes de la región pélvica, la cabeza del fémur y la parte baja de la columna vertebral», añadió. Los motivos que habrían obligado a suspender el viaje, según el periodista, se centrarían en la «disminución de sus habituales condiciones, muy negativo para su figura y que tendría consecuencias en la campaña de los gobernadores».
Chávez había marcado en rojo la cumbre de Brasilia, que marca el ingreso formal de Venezuela en el bloque, su éxito diplomático del año. Gracias al jaque mate realizado contra Paraguay, Venezuela acude como miembro pleno por primera vez, con voz y voto. Y dispuesta a liderar el ingreso de sus aliados Ecuador y Bolivia.
Por ahora, la representación oficial recae en una política de perfil bajo, la viceministra Verónica Guerrero.
La otra ausencia, la del vicepresidente Nicolás Maduro, eleva varios grados el termómetro del misterio, que no se aminoró al hacerse pública la firma presidencial en dos comunicados institucionales.
En el primero se «regocija profundamente» con la declaración de Patrimonio Cultural de la Humanidad para los tradicionales diablos danzantes. Y en el segundo lamenta la muerte de Oscar Niemeyer, «hijo de esta Patria Grande».
En sólo 10 días, Chávez se ha perdido la celebración del golpe de Estado del 27 de noviembre, la cumbre de la Unasur en Lima y la cita de Brasil. Pero además Venezuela vive una campaña electoral tan atípica que ni lo parece.
El líder bolivariano rompió todos los récords en su última desaparición, incluido junio de 2011, cuando fue operado en dos ocasiones en La Habana. Hoy cumple 22 días desde su última intervención en televisión; 36 de su último tuit y 10 desde que el Parlamento le concedió permiso para regresar a Cuba por undécima vez. Chávez permanece en silencio y gobernando a la distancia, después de viajar a la isla en la madrugada, sin televisión y sin prensa.
Cifras contundentes que se suman a las contabilizadas desde su triunfo electoral del 7 de octubre. En dos meses, el mandatario apenas intervino en ocho retransmisiones televisivas y en una llamada telefónica. El sobreesfuerzo realizado durante la campaña electoral le está pasando una factura muy alta.
«El país no puede quedar a la deriva, como embarcación sin timonel, ni ser gobernado a control remoto», se quejó ayer Antonio Ledezma, alcalde mayor de Caracas. «Se debe encargar el vicepresidente porque Venezuela no se debe gobernar desde una clínica en el exterior», afirmó.
Desde el oficialismo, silencio absoluto. Se insiste en que el presidente prosigue sus sesiones de «oxigenación hiperbárica» y se ataca a la oposición. Pero escarbando en las redes radicales se encuentran comentarios tan pintorescos como el escrito en el portal de noticias oficialista Aporrea por Raúl Bracho: «¿Chávez desaparecido? Chávez está en cada corazón de millones de patriotas. Está en la sangre que nos palpita, en la mirada de los enamorados de la patria.».
El articulista se atreve incluso a desentrañar el gran misterio: «Volverá de improviso y se callarán las voces de los sátrapas, los runrunes [por Bocaranda] del diablo se envenenarán con sus propias falacias. Ellos tampoco pueden vivir sin Chávez».
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