El llamado del mandatario santafesino a formar un “amplio frente progresista” de cara a las elecciones del 2011, abrió el debate en la centroizquierda nacional. El avance para presionar al kirchnerismo por el lado nacional y popular, y por qué el Socialismo muestra una cara en público y otra a la hora de gestionar.
Desde el ingreso del kirchnerismo en el concierto político local, la centroizquierda ha sufrido un cambio gradual en sus apreciaciones, teniendo que esforzarse al máximo para diferenciar su discurso del oficial, algo que hasta el año 2003 le era extremadamente fácil.
La política a favor de los derechos humanos, la no represión de la cuestión social, y un discurso altamente combativo hacia los sectores del poder económico, llevaron a que el oficialismo ganara terreno en el pensamiento nacional y popular, acaparando en su mayoría un espacio político que anteriormente estuvo vinculado a partidos como el radicalismo y el Socialismo.
Justamente este último espacio, es el que a través de la voz del mandatario santafesino Hermes Binner, ha llamado a la concreción de un “amplio frente progresista” de cara a las elecciones de octubre del año que viene, aunque descartó llamar al mismo al espacio que lidera la referente chaqueña, Elisa Carrió, y lo abrió al resto de la dirigencia centroizquierdista, mirando sobre todo a la reacción que sus dichos pueden producir en Proyecto Sur, que comanda el diputado Fernando “Pino” Solanas.
El partido que fuera fundado por Juan B. Justo en 1896, más allá de algunos postulados iniciales, siempre ha estado involucrado a corrientes poco progresistas, tal como pudo verse por ejemplo luego de la caída de Juan Perón en el 55’ , y que llevaron a que la dirigencia socialista de entonces, con Américo Ghioldi, Alicia Moreau de Justo y Nicolás Repetto a la cabeza a defender a la Revolución Libertadora.
Sus opositores, acusan al Partido Socialista, principalmente a la gestión de Binner en la provincia litoraleña, de no haber impulsado ningún tipo de medidas progresistas para mejorar la deteriorada situación de los que menos tienen; pero lo que más repudian, es el accionar “represivo” que se viene ejerciendo desde las fuerzas de seguridad provinciales en las protestas sociales y en las cárceles santafesinas, a las que consideran las “peores” del país.
La no diferenciación en los proyectos que vienen llevando adelante el kirchnerismo y el Socialismo en Santa Fe, sumado a su intención de ir en las próximas elecciones en un mismo frente con el radicalismo, reeditando una nueva versión de la frustrada Alianza, ha llevado a que buena parte del electorado denominado “progresista”, veo con cierto recelo las acciones de un partido que dice una cosa en público y luego actúa en forma diferente a lo que expresa.
El para algunos sorpresivo voto a favor del Partido Socialista la semana pasada en la reunión de la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara baja para desestimar las denuncias de “irregularidades” en el tratamiento del Presupuesto, asestando un duro golpe a la verdad y mensajes de alegría al interior del radicalismo y el peronismo, sirvió para muchos para demostrar claramente en qué lugar del hemisferio político se encuentra ubicado el Socialismo, que se muestra más preocupado por recibir fondos del gobierno nacional para su gestión santafesina, que en saber la verdad sobre posibles hechos de corrupción en el Congreso.
El apoyo del Socialismo a las negociaciones que viene llevando adelante el gobierno nacional para pagar su deuda con el Club de París, sumado a la defensa que ha hecho del pago de deuda con reservas internacionales del Banco Central de la República Argentina, ha metido al partido fundado por Juan B. Justo en un brete interno muy grande, donde su postura pareciera estar más ligada a los intereses de las grandes corporaciones económicas, que a los sectores más pobres de la sociedad que dice representar.
En esta nueva encrucijada se encuentra hoy en día el Partido Socialista en la Argentina , donde la tarea central es hacer que sus intereses puedan ser vistos por gran parte de la población como verdaderos agentes de poder en la política general del país, y de esa manera dar batalla en serio en las futuras elecciones presidenciales, que marcarán un antes y un después para los intereses de la Nación de cara a las próximas décadas.
Fuente: www.agenciacna.com