Tendrá capacidad para 250 autos y estará entre Enrique Martínez, Conde, Dorrego y Concepción Arenal. En la superficie, instalarán un anfiteatro, un centro educativo de gastronomía y reformarán la plaza existente.
Ante los reclamos vecinales por la notoria falta de espacios para estacionar y en respuesta el auge del Distrito Audiovisual, el Gobierno porteño anunció la construcción de una playa de estacionamiento subterránea en Colegiales para un máximo de 250 autos. Será la segunda que habilitará la gestión macrista tras las obras en la plaza Mitre
El Ministerio de Desarrollo Económico ya publicó el llamado a licitación para la explotación de la playa entre las calles Conde, Concepción Arenal, Enrique Martínez y Dorrego, en el límite con Palermo, donde el caos de tránsito se intensificó en los últimos años por el crecimiento de los polos gastronómicos y la instalación de las empresas en el Distrito Audiovisual.
Según el pliego, que se puede obtener a 5.000 pesos, los trabajos comenzarán entre enero y febrero de 2013 y se extenderán por un año. La empresa ganadora se conocerá el 21 de noviembre y estará obligada a construir entre 180 y 250 cocheras, de las cuales el 70 por ciento será ofrecido a la gente de la zona.
Actualmente, la manzana en cuestión está dividida entre la plaza Clemente (así rebautizada este año en homenaje a Caloi) y un terreno baldío que se encuentra cercado para evitar su ocupación. Allí, en la superficie, también se realizarán obras. En principio se construirá un centro educativo con orientación gastronómica, que no podrá abarcar más del 20% del predio. En el resto, se ampliará el espacio verde y se pondrá en valor la plaza existente: se instalará un anfiteatro abierto para los vecinos u oficinistas del barrio, se plantarán árboles y se colocarán luminarias. El recinto, está contemplado, contará con seguridad privada las 24 horas.
Con esta megaobra, la Ciudad planea revalorizar la infraestructura de la zona y promover el Distrito Audiovisual, que desde mayo pasado impulsa las producciones publicitarias, cinematográficas y televisivas.
Fuente: LA Razòn