El Club de París quiere que la Argentina pague en el corto plazo

El Club de París aceptó negociar con la Argentina un acuerdo de pago que podría excluir la supervisión del Fondo Monetario Internacional (FMI) para garantizar que cobrará efectivamente la deuda de unos US$ 7000 millones impagos desde 2001.

Fuentes diplomáticas de importantes países acreedores aclararon ayer a La Nacion que la decisión de otorgarle al país la posibilidad de que el FMI no participe del acuerdo tiene como objetivo que «el Gobierno pague cuanto antes».

«Un acuerdo formal como los que firma el Club en general no garantiza con tanta certeza el repago como otro informal pero corto», admitió la fuente. La idea original del equipo económico, según el ministro Amado Boudou, consistía en pagar en cinco años, pero el Club de París dejó en claro en su carta enviada al Gobierno la semana pasada que esperan una propuesta «realista» para permitir que el FMI no intervenga.

Basados en la experiencia de Angola -que en 2007 acordó pagarle al Club una deuda de US$ 1800 millones en dos años sin el FMI-, los miembros del Club aceptaron «considerar un plan informal» para la Argentina.

Angola, de todos modos, terminó firmando un programa con el FMI cuando bajó el precio del petróleo.

Luego de recordar su «profunda preocupación sobre los prolongados atrasos acumulados desde 2001» por la Argentina, el Club admitió que «podría considerar un plan informal» para que el Gobierno cancele su deuda, sin el FMI.

Esta flexibilidad asumida por los acreedores tiene su motivación: quieren lograr que el Gobierno pague cuanto antes, antes de que cambien la voluntad y la capacidad de pago de la Argentina.

Uno de los países que más empujaron por lograr esta «tercera vía» -entre el pago al contado que prometió la Argentina en 2008 y un plan de largo plazo como el que firman casi todos los deudores- fue Estados Unidos.

La administración demócrata expresó a sus pares que la Argentina tiene en este momento una gran cantidad de reservas en el Banco Central y, que, por lo tanto, tiene capacidad de pago, por lo que era deseable que se quitara del medio la participación del FMI, que el Gobierno usaba como excusa para no plantear una oferta.

«Ya pasaron nueve años y el país puede pagar», expresó la fuente.

Con esta consigna, el Club envió la carta, que ya fue respondida por Boudou. Ayer, hubo un nuevo avance, por la reunión entre el secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, con un alto funcionario del tesoro francés, Benoit Coeure. Con la excusa de que Francia preside actualmente el G20, Coeure llegó a Buenos Aires y aprovechó para dialogar sobre el inicio de las negociaciones por la deuda con el Club de París.

Luego de la reunión, Lorenzino dijo a la agencia de noticias Reuters que pretenden «trabajar fuertemente para concluir esta negociación en el primer trimestre» de 2011.

Esto implica que el propio Lorenzino o el ministro de Economía, Amado Boudou, viajarían a París a principios del mes próximo para comenzar con la conciliación de cifras y a plantear un plazo de pago.

Tras la declaración de Boudou de que no se pagaría en un año, lo que provocó malestar entre los acreedores, Lorenzino optó por no brindar detalles antes de abrir formalmente la negociación en Francia.

«Lo principal es que habremos resuelto la mayor herencia de 2001, que es la cuestión del default, que fue en gran medida solucionado con los acreedores privados y que ahora estaría solucionado con las agencias oficiales y los países reunidos en torno al Club de París», afirmó el funcionario.

Al respecto, desde Alemania una fuente oficial expresó a La Nacion: «Damos la bienvenida a los progresos en la negociación y esperamos que termine pronto para que la Argentina salga del default y normalice las relaciones con el resto del mundo».

La fuente agregó que la negociación «es una condición necesaria pero no suficiente para que se reabran las garantías oficiales» para el comercio exterior, que la Argentina perdió con el default de 2001.
Fuente: lanacion