El ministro de Economía, Amado Boudou, afirmó que la negociación de la deuda con el Club de París se efectuara en base a los registros contabilizados por la Argentina, que suman 6.275 millones de dólares más intereses punitorios.
Boudou formuló estos conceptos en un reportaje publicado hoy en el diario Buenos Aires Económico (BAE), en el cual adelantó que en las próximas semanas podría comenzar la negociación, para poder «trazar una hoja de ruta y alcanzar una solución en el plazo más corto posible».
Lo importante, sostuvo, «es la carta del Club a la Argentina manifestando la intención de avanzar sin el Fondo» Monetario Internacional (FMI), pero aún «falta transitar la etapa más dura, que es (definir) un plan de pago sustentable y que sea aceptable para los acreedores».
La deuda, explicó, ascendía a 6.026 millones de dólares al 30 de septiembre, sin incluir intereses compensatorios y punitorios; además, la deuda por vencer a esa misma fecha era de 249 millones de dólares.
La revisión comprende 300 líneas de crédito y se deben «conciliar los montos adeudados con las cifras que los países acreedores tengan a ese respecto»; además, en ese registro «en términos del Club de París se encuentran dos grandes grupos: la deuda ya refinanciada en anteriores oportunidades y la deuda tomada con posterioridad a la última refinanciación».
Consultado sobre la posibilidad de una quita o desconocimiento de préstamos como los que financiaron a la dictadura, el titular del Palacio de Hacienda puntualizó que «toda deuda que esté incluida en los registros de la deuda pública va a formar parte de la negociación», debiéndose tener en cuenta que «respecto de la deuda ya refinanciada, mayormente asumida antes de la etapa democrática (1983), fue refinanciada en cinco oportunidades desde diciembre del ’83».
Tras reiterar que el objetivo del Gobierno es obtener un plazo de repago superior a los 12 meses, el jefe del Palacio de Hacienda consideró que la aceptación del Club de negociar sin el FMI se debe fundamentalmente «a la intervención de la Presidenta en cada foro internacional», ya que Argentina no veía «que la intervención del Fondo fuera consecuente con la situación de la Argentina, que había cancelado su deuda con el FMI y que no tiene en sus planes» pedirle financiamiento, por lo cual «el requisito de mantener un programa no parecía razonable».
Fuente: NOSIS