El menor de 12 años fue hallado por la Policía en la ciudad de Mar del Plata. La mujer, que ocultaba su identidad para no despertar sospechas, fue detenida
Un hombre salteño, del que sólo trascendió su apellido, Vázquez, había visto a su hijo por última vez en agosto del 2008, cuando tenía 8 años. En ese momento, la mujer se lo llevó de manera inesperada y repentina sin decir a dónde.
Fue así que el hombre, empleado del profesorado de Arquitectura de la Universidad Nacional de Salta, hizo la denuncia en una dependencia policial y comenzó la batalla legal e investigativa para poder encontrar y recuperar a su hijo.
En julio pasado el caso llegó al Juzgado de Instrucción Formal 6ta Nominación, a cargo de José María Alvarado Solá. “Nosotros recibimos el exhorto para iniciar la investigación, hasta que luego de dos meses logramos ubicar el paradero de la madre junto al menor”, contó el subcomisario Carlos Liendro, a cargo de la división Trata de Personas de la Policía de Salta.
El viernes pasado la policía dio con el paradero de la madre del chico en la ciudad de Mar del Plata. La mujer, identificada como Laura Verónica Rodríguez Ruiz, de 33 años, estaba oculta y trabajaba como telefonista de una empresa de electrodomésticos con el nombre de Verónica Rodríguez, para no ser ubicada por los investigadores.
“La investigación y los cruces de datos informáticos nos llevaron hasta el domicilio de la mujer y luego pudimos ubicar su lugar de empleo”, explicó Liendro.
Una vez que los datos estuvieron chequeados y corroborados, una comisión especial partió desde Salta hacia la ciudad balnearia donde allanaron la casa de la mujer y del menor. Ambos fueron trasladados a la capital salteña y la madre del menor quedó detenida.
“Cuando llegamos a la casa, la madre y el chico se encontraban solos. Por eso no podemos decir si es que ella recompuso o no su vida sentimental, si está en pareja o no con otro hombre”, indicó uno de los policías que participó del operativo.
Cuando el hombre recibió el llamado de la empleada del Poder Judicial de Salta que le informaba que su hijo había sido recuperado, respiró y expresó: “Gracias a Dios, por fin se terminó esta pesadilla” .
La situación de la mujer es muy comprometida porque deberá cumplir, además, una condena de seis meses de prisión que un juez le había aplicado en 2009 por desobediencia judicial.
Fuente: Infobae