Rajoy deshoja la margarita del rescate pese al aumento de la presión

El presidente español pretende lograr un nuevo rescate para su país, luego del que se concretó para los bancos. Según los analistas, intenta mostarse calmado para minimizar el desgaste político. Para infortunio de España, los mercados siguen dándole la espalda. La Comisión Europea negó que España negocie en secreto un paquete de rescate con la Unión Europea.
Mariano Rajoy deshoja la margarita de un nuevo rescate tras el de los bancos. Se lo toma con calma, con intención de minimizar el coste político, lograr mejores condiciones y la remota esperanza de que los mercados se calmen y no tenga que acudir finalmente a esa ayuda, pese a la premura con la que insta el sector económico y financiero español, que teme una nueva ofensiva de los mercados.

Desde Alemania llegó hoy un refuerzo para Rajoy. El ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, aseguró que España no necesita un programa de rescate. «España lo hace bien y con éxito y por eso digo que no necesita una nueva ayuda», manifestó.

La Comisión Europea negó hoy que España negocie en secreto un paquete de rescate con la Unión Europea, como paso previo para que el Banco Central Europeo (BCE) ponga en marcha su programa de compra de deuda española. La liebre la había soltado pocas horas antes la edición alemana del «Financial Times», situando en el centro del programa un aumento de los impuestos y medidas de ahorro.

Bruselas está hablando con Madrid, pero sobre el nuevo programa de reformas nacionales que se presentará el jueves, dijo en la capital europea el portavoz del comisario de Política Monetaria, Olli Rehn. «No se trata de un pre programa, sino de la continuación del calendario de las reformas estructurales».

El gobierno español presenta la semana que viene el nuevo plan de reformas estructurales que anunció el ministro de Economía, Luis de Guindos, en la reciente reunión del Eurogrupo en Chipre y que estará en línea con las recomendaciones de la Comisión Europea. También la semana que viene el Ejecutivo presentará su proyecto de presupuestos generales del Estado para 2013.

La vicepresidenta del gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, rechazó además «tajantemente» que el Ejecutivo esté estudiando congelar las pensiones para ahorrar 4.000 millones de euros anuales, tal y como se difundió hoy en los medios como una de las condiciones de un posible rescate. Rajoy ya dijo que «sería lo último que él tocaría», manifestó. Las pensiones son la única gran partida presupuestaria en la que hasta ahora no ha metido la tijera.

En las últimas intervenciones públicas en las que ha hablado sobre el posible rescate, Rajoy ha dejado abierto el momento en el podría solicitar oficialmente ayuda e incluso ha sugerido que podría no materializarse, ante la mejoría en los mercados.

Y es que el anuncio del BCE de una compra de deuda de los países en problemas como España -previa petición de rescate- dio oxígeno al país. La prima de riesgo comenzó a bajar de los niveles desorbitados en los que se había situado -en julio tocó la cima de los 650 puntos básicos- y se mueve últimamente en torno a los 400.

El Tesoro Público español ha realizado esta semana sus primeras dos emisiones de deuda después del anuncio y no le ha ido mal. Pero en esa colocación se ha comprobado que España no logra disipar las dudas de los inversores. El jueves tuvo que concentrar la emisión en los títulos a corto plazo, que son los que estarían respaldados por el BCE -un plazo máximo de tres años- en caso de rescate.

Y es que, según los analistas, la mejoría en los mercados responde a la expectativa de la petición de rescate. Si Rajoy sigue dilatándola, el acoso que se vivió en julio podría reproducirse.

Es lo que temen muchos, habida cuenta de que su Partido Popular (PP) se enfrenta el 21 de octubre a dos elecciones autonómicas, en Galicia y el País Vasco, donde las condiciones que se impongan a España para el rescate podrían pasarle factura en unos momentos, además, en los que los sindicatos y movimientos sociales han iniciado una nueva ofensiva de protestas contra sus recortes.

«Cuanto antes, mejor», apremió a decidir sobre el rescate el presidente del BBVA, Francisco González, esta semana. No es el único. Y mientras, prosiguen las especulaciones sobre la forma que adoptaría el rescate sobre el que Rajoy deshoja la margarita.

Según se ha publicado esta semana, el gobierno español pretende utilizar el dinero que sobre de los 100.000 millones de euros que el Eurogrupo ha comprometido para el rescate de los bancos para solucionar los problemas en el mercado de deuda y no tener que pedir más fondos a sus socios. Eso, no obstante, no parece que eximiera a España de nuevas condiciones. Pero de cara a la opinión pública y a los mercados, ésta fórmula aparecería como menos dura.

Pero Alemania echó hoy un jarro de agua fría. El ministro Schäuble rechazó un desvío de dinero sobrante. La ayuda para recapitalizar los bancos españoles es «sólo para eso», dijo.

Será el viernes de la semana que viene cuando la auditora Oliver Wyman, contratada por el gobierno español, anuncie la cantidad exacta que necesita el sector. La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, la cifró en 40.000 millones de euros, en unas declaraciones publicadas hoy por «The Wall Street Journal».

Fuente: Dpa.