La policía retoma el puesto militar ocupado por los indígenas en Colombia

CERRO EL BERLÍN, Colombia — La policía antimotines retomó el miércoles un puesto militar cerca del pueblo de Toribío, en el suroeste de Colombia, que los indígenas habían ocupado hace una semana en demanda de la salida de sus territorios tanto de la fuerza pública como de la guerrilla.

«A las 05H30 locales (10H30 GMT), retomamos el control. Se presentó resistencia (por parte de los indígenas), hubo escaramuzas, pero entre los policías no hay heridos», informó a la AFP el coronel Ricardo Alarcón, comandante de la policía de la región el Cauca (suroeste).

De lado de los indígenas, hubo «entre cuatro o cinco heridos, un detenido y una persona que se encuentra desaparecida», indicó a la AFP Carlos Andrés Alfonso, representante de la Asociación de cabildos indígenas de la región.

Cerca de 500 indígenas Nasa (paeces) trataron de permanecer en los alrededores de la base, pero «con la cantidad de gases lacrimógenos que hay, la comunidad ha tenido que salirse», refirió Alfonso. «Nos sacaron de nuestro propio territorio», lamentó el portavoz.

El paso hacia el cerro El Berlín, donde los militares custodian antenas de comunicaciones, era muy difícil el miércoles debido a los gases, aunque el acceso era posible y unos grupos de indígenas intentaban volver al lugar, comprobó un fotógrafo de la AFP.

En tanto, un indígena de 22 años de edad murió el miércoles en un retén militar en el municipio de Caldono, cercano a Toribío, aparentemente por un error de un soldado, indicó a la AFP el consejero Albeiro Calambas. El hecho fue confirmado también por el Ejército. Los indígenas reaccionaron a esa muerte con la retención de los militares que se encontraban en el retén de carretera.

Además, la guardia indígena capturó y retuvo a cuatro guerrilleros de las comunistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a los que incautó armamento. «La comunidad tiene a cuatro guerrilleros en este momento. El cabildo indígena analizará su situación», dijo Alfonso sin precisar si serán entregados a las autoridades.

Por su parte, el presidente Juan Manuel Santos, tras un consejo de seguridad en la ciudad de Popayán, capital del Cauca, denunció que las FARC ordenaron a la población civil exigir la salida de la fuerza pública del norte del departamento. Según Santos, en un mensaje encontrado en un ordenador decomisado al jefe de las FARC en la zona, alias ‘Pacho Chino’, éste ordenó «repartir propaganda en todos los municipios del norte del Cauca para que la población le exija a la fuerza pública el retiro de las áreas pobladas».

De acuerdo con el mandatario, ese documento «habla por sí solo, sin acusar, ni mucho menos, a los indígenas de que estén confabulados con las FARC», advirtió.

Cientos de indígenas habían sacado el martes a los militares que se encontraban en la cima del cerro El Berlín, después de haber destruido sus trincheras y tiendas de campaña, e incluso arrastrar a algunos de ellos. Los militares respondieron con disparos al aire y gases, pero finalmente bajaron de la cima del cerro hasta un punto ubicado a dos kilómetros de la base.

Desde hace una semana, las autoridades indígenas del Cauca exigen la salida de sus territorios tanto de la fuerza pública como de las FARC y reclaman que la seguridad quede a cargo de la guardia indígena.

Los indígenas sostienen que los militares y policías no han sido capaces de brindarles seguridad y aseveran que el municipio de Toribío, con unos 26.000 habitantes, ha sufrido en los últimos años más de una docena de ataques de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que han dejado 41 muertos y unos 600 heridos.

El Cauca es una de las regiones de Colombia donde es más intenso el conflicto armado y es señalada también como una zona importante de cultivos de marihuana y coca, así como un estratégico corredor para la salida de las drogas hacia el océano Pacífico.

Se calcula que en Colombia hay un millón de indígenas, que habitan sobre todo en las áreas rurales y selváticas, donde el conflicto armado es más intenso. Los Nasa-Paez son la segunda comunidad aborigen más numerosa, con unos 130.000 integrantes.

Por Luis Robayo (AFP)