El tandilense completó su triunfo sobre Berdych, el Nº 7 del mundo, y hoy, cerca de las 11, intentará alcanzar las semifinales frente al suizo.
PARÍS.- La llovizna cesó. Pero no el viento. Las banderas de las cuatro federaciones que organizan los Grand Slam se agitan en lo más alto del court Suzanne Lenglen. Son las 14.34 en esta coqueta porción de Europa y, casi 18 horas después de la suspensión por escasez de luz natural, Juan Martín del Potro logra derrumbar al checo y número 7 del circuito, Tomas Berdych. Levanta los brazos, grita con fiereza, se persigna, se quita la vincha y le dedica la victoria a su hermana, el ángel que lo acompaña desde el cielo. Está feliz el tandilense; busca a su grupo de trabajo con la mirada. Incluso Gastón Gaudio, el ganador de la Copa de los Mosqueteros hace ocho años, aplaude desde la platea. Delpo se ganó un lugar entre los mejores ocho de Roland Garros y con la rodilla izquierda maltrecha, nada menos. Luego de que la jornada dominguera finalizara con el marcador 7-6 (8-6), 1-6 y 6-3 en favor del argentino, 53 minutos demoró, en la reanudación y lanzando golpes de fuego, para obtener el cuarto set por 7-5 y ganarse el dulce desafío de medirse hoy, en el segundo turno del Suzanne Lenglen (aproximadamente a las 11 de la Argentina), con el suizo Roger Federer, que este año, particularmente, actuó como su kriptonita, ya que lo superó las cuatro veces que lo enfrentó, todas sobre canchas duras: Australia, Rotterdam, Dubai e Indian Wells.
«Tenía una mala experiencia del año pasado de partidos jugados en dos días. Me pasó con Djokovic, en la misma cancha, y perdí. La verdad es que no me gustó la idea de parar, pero es cierto que no se veía nada y las reglas son así. Pero ahora me lo tomé con más tranquilidad, pude dormir bien. Y ganar estos partidos, contra los que están adelante tuyo en el ranking, te hace sentir que estás cada vez más cerca», dijo Delpo, que con el de ayer acumuló cuatro triunfos en el año frente a top ten: al checo le había ganado en Rotterdam, y dos veces vulneró al francés Jo-Wilfried Tsonga, en Marsella y Dubai. Su historial frente al gran Roger es de 2-11, pero nadie le quitará el recuerdo de haberle ganado la final del US Open 2009. «Él podrá tener muchos títulos, pero ese trofeo de Nueva York lo tengo en mi casa y nadie me lo podrá sacar», sonrió, pícaro, Del Potro.
El tandilense, de 23 años, nunca tuvo un póster de Federer pegado en la pared de su habitación, pero su admiración por el helvético fue siempre fabulosa, muy sentida. Cuando se distiende, entre sus amigos de la infancia, y cuando le preguntan, Delpo siempre dice que, más allá del ranking que tenga Roger, es el verdadero Nº 1. Jugar ante el suizo, en el momento o el torneo que sea, es distinto a todo. «Además de lo que todo el mundo conoce, Roger es un tipo de primera, es un fuera de serie dentro y fuera de la cancha. Uno de los orgullos más grandes de mi vida es haber compartido un vestuario con él», sentenció, sin dudar, Juan Martín, que una vez, aquí, aún siendo juvenil, fue invitado por el suizo para una sesión de entrenamiento y, pese a que Delpo tenía ese día libre, porque 24 horas después debía jugar, se le erizó la piel, aceptó la propuesta y ensayó durante dos horas con Federer.
«La verdad, creo que Juan tiene más chances ahora de ganarle a Roger que en las otras del año. Ninguno de los cuatro mejores está jugando del todo bien y creo que es una buena oportunidad para que el torneo lo gane alguien no tradicional. A Delpo lo veo con mucha autoridad», apuntó Gaudio, sin vacilar. «Juan es un fenómeno, está cada vez más sólido, tenística y mentalmente, metido en la elite. Si bien siempre quiso ganar el US Open, Roland Garros es el torneo de todos los argentinos, no tengo dudas de que si le preguntan es el que quiere ganar sí o sí», añadió Marcelo Gómez, el Negro, el hombre que formó la carrera de Juan Martín.
¿Qué debería modificar el tandilense en su esquema de juego para poner en aprietos al helvético y pensar, seriamente, en llegar a las semifinales en París? «Primero, tengo que jugar un partido increíble. Después, tendré que ser agresivo y cortar los puntos con drops y variantes. Estoy trabajando en esos recursos con Franco (Davin) y son una buena opción. Más allá de que será en polvo de ladrillo, el juego de Roger no cambia. Tendré que buscar algunas oportunidades y aprovecharlas. Espero poder descansar bien estas horas y después, quién te dice, tener una alegría», expresó Del Potro, uno de los mejores ocho de Roland Garros, que intentará romper la gran leyenda. A mazazo limpio, como hasta ahora.
Fuente: Cancha Llena