Terapeuta: .Trate de pensar. ¿Qué lo tiene tan molesto?
Oyarbide : (Se mira las uñas, impecables) Anoche me enojé mucho con mi pareja. Durante la cena me dijo: «Estás así por una cuestión de cartel. La policía te estaba robando protagonismo. No te bancaste no encabezar en el Gran Rex».
T: ¿Y podría tener un poquito de razón?
O: A ver. Yo no sé si usted sabe. Pero cuando un juez interviene, el único que puede ordenar el peritaje es él. Y acá, resulta que de repente aparece un peritaje en el teatro que hizo la policía y yo no ordené, y que informa que el artefacto explosivo era poco menos que una bombita de olor. (Pausa) A propósito, ¿usted sabe qué tienen adentro esas bombitas? Extracto de justicia federal.
T: …
O : ¿Se da cuenta de la gravedad? Yo, el señor juez de las causas más importantes de la República, salgo a decir que la bomba estaba preparada para provocar muertes de personas cercanas. Y un rato después, la Federal sale a descalificarme diciendo que el artefacto no era para tanto. (Se queda pensativo, mordiéndose una uña)
T: ¿Qué piensa?
O : Alguien decía: «Acá, lo importante no es el tamaño del artefacto. Es el tamaño de quien lo puso. La bomba -sea del tamaño que sea- ¿la colocó un loquito? ¿O algún cartel colombiano entró al teatro como Pancho por su casa, no sabemos si coimeó a un boletero para que le consiga una buena ubicación, y ahí colocó el regalito? Si delinquir es un arte, ¿el under colombiano llegó a la calle Corrientes?»
T: ¿Y usted qué piensa?
O: Que acá hay gato encerrado. El martes me mostraron un lugar y el jueves me mostraron otro. Resulta que el artefacto no habría estado en el segundo piso, sino en el tercero. (Se pone más serio)
T: ¿Qué piensa que le cambió la cara?
O: Que la Federal ya no me respeta como antes. Para mí, ésa es la verdadera bomba.
T: ¿Y por qué es una bomba para usted?
O: (Se le humedecen los ojos) Sería muy doloroso terminar mi vínculo con la Federal. ¿Sabe qué linda pareja fuimos durante años? A fines de los 90 estábamos de luna de miel. Yo la cuidaba y la protegía. Y ella a mí. ¡Y cómo nos divertíamos!
T: …
O: (Con el meñique se seca el rabillo del ojo) Espero que la ministra Garré les de un buen tirón de orejas y les recuerde quién soy. Yo por este gobierno hice mucho. Que tengan memoria. Cuando los Kirchner necesitaban solucionar rápido lo del enriquecimiento ilícito, ¿a quién fueron a rezarle? ¿A San Expedito? No. A San Norbertito. El Patrono de las causas urgentes.
T: .
O: (Infla el pecho, orgulloso) No se olvide de que además me encargaron -siempre por sorteo- que los meta adentro a Sergio y a Pablo Schoklender, sin involucrar al Estado, que les dio de comer. ¿Usted cree que es fácil separar a Rómulo y Remo de la loba?
T : …
O: ¿Y Macri y las escuchas? ¿Quién cree que va a juzgarlo? Mauricio me acusa de ser funcional al kirchnerismo. ¿Es mi culpa si el Fino y Ciro le vendieron que espiar era tan fácil como ponerle el baby call a Antonia?
T: Por cómo lo cuenta, más que trabajo es placer.
O: (Piensa, con un dedo en el mentón) ¿Sabe? Un poco tiene razón. Me da placer. Cuando se hace el sorteo de las causas y veo girar el bolillero con mi nombre adentro, pienso: «Norberto, tenés suerte. Sos el Niky Lauda de la justicia. Estás quemado pero seguís corriendo igual. Seguí adelante que es tu vida. No importa la cara».
T: Oyarbide, más allá de su distanciamiento con la Federal, ¿hay algo más que lo preocupe?
O: (Piensa y se pone serio, tenso) Un poco volviendo al principio. ¿Sabe cuál es la bomba más destructiva de todas, a la que hay que cortarle los cables urgente? El proyecto de ley para que los jueces tengamos que pagar Ganancias como todo el mundo. (Mira fijo, desde el alma) Si avanzan con ese atentado, van a conocer en serio la independencia del Poder Judicial.
T: …
O: (Tose y sonríe) Pero volvamos a las cosas lindas. ¿Leyó lo de Ricardo Jaime? La Cámara Federal porteña ratificó mi decisión: no se pueden usar como prueba del delito los mails que le descubrieron en su computadora. ¿Sabe en qué me basé yo? En que la computadora de Jaime, con miles de mails hablando de coimas, pudo haber sido violada por falta de custodia. Yo le pregunto, licenciado: si la máquina no estuvo bien cuidada por la policía, ¿cómo sabe usted que de noche no entró un ratoncito destituyente y escribió 2000 mails falsos hablando de cosas turbias para perjudicarlo a Jaime y por consiguiente al gobierno nacional?
T: …
O : (Incómodo por la cara del terapeuta, se toca los pómulos y sonríe) Gran invento el Botox. No se cae la cara..
Fuente: La Nación