La canciller alemana admitió la aplastante derrota en un estado clave de su país pero negó que el mensaje de la población haya sido en contra del ajuste.
La canciller alemana, Angela Merkel, admitió que la aplastante derrota electoral sufrida ayer por su partido en un estado clave en Alemania es «amarga y dolorosa», aunque se negó a reconocer que el mensaje de las urnas haya sido dejar de ajustar.
La debacle de la Unión Cristiano Demócrata (CDU), con el peor resultado de su historia en Renania del Norte-Westfalia, se dio en el estado más poblado del país y una especie de Alemania en miniatura. Y también es el más endeudado.
Allí, el triunfo de socialdemócratas y verdes fue un claro mensaje de que la población está cansada de la letanía del «hay que recortar».
El mensaje de que «hay que ahorrar» y «cuidado con llegar a una situación como la de Grecia» que propagó el candidato de Merkel, el ministro alemán de Medio Ambiente y gran perdedor del domingo, Norbert Röttgen, cayó en saco roto en una región de tradición obrera.
Merkel, sin embargo, se resistió a esta lectura de la jornada electoral e insistió hoy en su receta para afrontar la crisis que asola gran parte del continente.
«Esto no afecta la labor en Europa (…) No hay contradicción entre una política de gasto sólida y crecimiento», sostuvo la dama fuerte de Europa, según informó la agencia de noticias DPA.
«La crisis griega no surgió por el hecho de que se ahorró demasiado, sino porque el déficit público se hizo cada vez mayor», repitió como un mantra la canciller.
Donde perdió ayer fue el estado que forjó en base al acero y al carbón el bienestar de la República Federal, el llamado «milagro económico». Pero con los años quedó rezagado frente a las ascendentes regiones del sur y sus municipios están más empobrecidos que muchos en el antiguo Este comunista.
La primera ministra socialdemócrata Hannelore Kraft y su gobierno de minoría con Los Verdes heredaron hace dos años un estado con un gasto desbordado, pero no lograron reducir la carga sustancialmente.
Es más, Kraft tuvo que adelantar los comicios después de que el Parlamento regional negara el aval a un presupuesto que contemplaba nuevas deudas de 4.000 millones de euros.
Merkel tendrá ahora dos oportunidades de recuperar terreno, aunque todavía lejanas, antes de las generales en septiembre de 2013: el 20 de enero en Baja Sajonia, donde las encuestas ven peligrar la coalición de CDU y Liberales, y el 26 de mayo en las comunales de Schleswig-Holstein.
En lo inmediato, mañana podrá recuperar su papel favorito de «canciller de todos los alemanes» cuando reciba por primera vez al flamante presidente francés, el socialista Francois Hollande, ganador de las elecciones en el país vecino, con un discurso que no le cae nada bien a Merkel: menor ajuste y más crecimiento.
losandes.com.ar