En Liniers, el equipo de la Paternal se impuso 2-0, con tantos del pibe Nagüel y de Hernández, de penal; fue un duro golpe para el conjunto que dirige Gareca, envuelto en un llamativo nerviosismo general
Vélez es un modelo por seguir. Un ejemplo que debería ser copiado por buena parte del fútbol doméstico. Por eso, llama tanto la atención. Por eso, la imagen es sugestiva, novedosa, preocupante. Sí, es inquietante. Vélez perdía y estaba nervioso, tensionado. En el campo de juego y, sobre todo, desde las gradas, tal vez desacostumbradas en el sabor de la derrota. Con una buena ventaja en la Copa Libertadores (ganó 1-0 en Colombia, en el primer partido de los octavos de final frente a Atlético Nacional) y con expectativa en el torneo local (si ganaba, era circunstancial puntero), el equipo de Liniers fallaba y la tensión crecía con una intensidad alarmante. Tantas veces elogiado, la noche de Liniers fue un cultivo peligroso, de la ira externa y la confusión interna. Vélez dejó escapar una oportunidad inmensa. Peor aún: el contexto general fue una imagen borrosa de lo que debe ser. De lo que es, en realidad.
Argentinos ganó por 2 a 0, con una propuesta simple y concreta: cortar los circuitos creativos del equipo local. No hizo falta en realidad: Vélez cayó en su propia trampa desde el comienzo, sin ideas ni potencia para crear y provocar peligro. Siempre con la pelota en su poder, tal vez, dejó el fútbol en Medellín. Como si el cuerpo estuviera en Liniers, pero la mente siguiera con su obsesión, la Libertadores.
Tiene otra cuestión que resolver: su magnífico estadio (para los especialistas, el Teatro Colón de las canchas argentinas) ya no es una empresa imposible para los rivales. Hay que viajar a las estadísticas: antes de la caída contra Argentinos (suerte de clásico, aunque no sea tal), empató sin goles contra Lanús, igualó 1-1 con Independiente, perdió 1 a 0 contra Newell’s, hasta encontrar, al fin, aquel 1-0 ante Olimpo, un sufrido triunfo en casa frente al peor equipo del torneo. Vélez, en su casa, es vulnerable. Y ahora, el desquite contra Atlético Nacional será en Liniers. Otro contexto, otro rival. Pero un interesante llamado de atención.
La pelota, el protagonismo y la indecisión en los metros finales. Así, todo el tiempo, siempre liderado por un habilidoso, aunque discontinuo Burrito Martínez. Argentinos hizo su juego y, de tanto en tanto, avanzó con decisión. Tranquilidad, ésa fue la palabra de moda para el equipo de la Paternal.
De pronto, en el arranque del segundo tiempo, el pibe Nagüel lanzó un remate cruzado fortísimo, inalcanzable, y la diferencia transformó el escenario. Argentinos se sintió a gusto, casi como si estuviese en su propia casa. Y Vélez se desordenó. Atacó con mayor determinación y dejó espacios fácilmente aprovechados. Un dudoso penal de Domínguez a Hernández elevó la diferencia, con el tanto del propio hábil mediocampista.
Allí fue cuando la gente mostró una desesperación desconocida en tiempos recientes. Y el equipo perdió la brújula. La prioridad es la Libertadores. Pero anoche se perdió algo más que tres puntos. Una magnífica oportunidad.
Oberman se lesionó y se enojó
Gustavo Oberman sufrió una molestia en el muslo derecho (¿un desgarro?), se quedó tirado en el césped y los jugadores y los hinchas de Vélez lo acusaron de hacer tiempo. Enojado, entre insultos, fue reemplazado y siguió con furia en el banco.Gustavo Oberman sufrió una molestia en el muslo derecho (¿un desgarro?), se quedó tirado en el césped y los jugadores y los hinchas de Vélez lo acusaron de hacer tiempo. Enojado, entre insultos, fue reemplazado y siguió con furia en el banco.
augusto, puede ser; canteros, muy difícil
Vélez ya piensa en el desquite de los octavos de final de la Libertadores, previsto para pasado mañana, contra Atlético Nacional, en Liniers. Para ese choque decisivo (Vélez ganó en Colombia por 1-0), Ricardo Gareca reservó a dos piezas: Cerro y Ortiz. Además, espera la recuperación de Augusto Fernández, que padece una lesión lumbar; el caso de Héctor Canteros es más complejo: sigue afectado por una sinovitis en la rodilla derecha.
las renovaciones de los contratos en liniers
Empezó el proceso para la renovación de los contratos en Vélez. Los vínculos de Fernando Ortiz, el Chapa Zapata y Marcelo Barovero vencerán en junio próximo y los dirigentes ya empezaron las charlas, porque la idea es que continúen en la entidad.
santiago nagüel
Un pibe que juega bien y, además, convierte
Santiago Nagüel tiene 19 años y un futuro por delante. No es, en realidad, una frase de ocasión: es un volante surgido del semillero de Argentinos (cuna de grandes promesas y de futbolistas exquisitos) y parece que conoce a la perfección ese delgado equilibrio entre marcar, jugar y… anotar. Anoche, aprovechó una buena habilitación de Morales y envió un gran derechazo. Es su segundo gol en primera en apenas seis partidos: el otro, el 11 de diciembre del año pasado, en el 1-0 contra Olimpo. Es pequeño (mide 1,70m), pero muy eficaz..
Fuente: LA Nación