Un kiosquero corrió dos cuadras a un ladrón que lo había apuñalado en un robo

El hecho ocurrió anteanoche en un comercio en un barrio platense. La víctima fue atacada por una pareja joven que se hicieron pasar por clientes. Hasta el momento no hay detenidos.

Mauro Leonel López (25), el comerciante apuñalado anteanoche al resistir un robo en un kiosco del barrio El Mondongo, se recuperaba ayer de las heridas sufridas y, según contaron sus allegados, trataba fundamentalmente de superar la ingrata experiencia de inseguridad que le tocó padecer.

Sobre el hecho, que este diario adelantó en su edición anterior, habló Fernando Rivero (31), un empleado del local, ubicado en diagonal 79 y 61, quien destacó que «actuó una pareja joven. Y si bien, cuando entraron, pidieron fiambre, venían a robar».

Al parecer, de acuerdo al relato, «el ladrón rompió una botella de cerveza, que tiró al piso, y cuando Mauro intentó levantar los vidrios, le pegó una trompada. Ahí forcejearon en la calle y lo hirió, creo, con un vidrio de la botella. Lo lastimó en el brazo y en el omóplato».

Herido, según narró Rivero, el comerciante salió a perseguir un par de cuadras al delincuente, pero lo perdió de vista. Y posteriormente fue trasladado al hospital San Martín, donde permaneció hasta las primeras horas de ayer.

Tanto el delincuente -que habría huido con cuatro cartones de cigarrillos- como la chica que actuó como cómplice, hasta anoche no había podido ser ubicados por el personal policial que trabaja en la investigación del caso.

PARECIAN CLIENTES

En su diálogo con EL DIA, Rivero mencionó que cuando esta pareja entró al kiosco parecía que sus intención no era otra que la de adquirir mercaderías. Y esa sensación se reforzó cuando la joven solicitó fiambre y quien estaba con ella fue a buscar una botella de cerveza.

Pero la farsa quedó enseguida al descubierto. Llamativamente, el joven dejó que ese envase se estrellara contra el suelo. Y luego se evidenciaría que no se trató de una acción fortuita, sino una estrategia premeditadamente preparada.

«Mauro había ido a la vereda para sacar unas cajas y al regresar vio los vidrios rotos. Y cuando quiso recogerlos, el ladrón lo golpeó en la cara. Ahí empezaron a forcejear y salieron a la calle. Y los dos cortes que el dueño del negocio recibió fue al parecer con parte de la botella rota, porque hasta ese momento no habían mostrado ningún arma», indicó el empleado.

LO CORRIO 200 METROS

En medio de esa confusión, con el comerciante reducido con esa lesiones, el delincuente aprovechó para huir a la carrera mientras la cómplice suya escapaba en otra dirección.

Rivero mencionó sobre el particular que «Mauro lo corrió 200 metros al ladrón, pero no lo alcanzó. La empleada que estaba en ese momento salió a avisar de lo ocurrido a la heladería que está acá enfrente y después vino la Policía».

«También se llamó a una ambulancia, pero como tardaba demasiado entonces a Mauro lo llevaron familiares suyos al hospital San Martín. Estuvo ahí hasta creo las tres de la mañana y con las curaciones que le hicieron después pudo irse a su casa», consignó.

Por último, citó que «este local hace aproximadamente cuatro años que está y los robos fueron varios. Por eso hasta el verano pasado había una vigilancia en la puerta. Pero bueno, ya no está y siguen pasando estas cosas».

Fuente: El Día