De acuerdo con lo informado por el diario Folha de Sao Paulo, las autoridades brasileñas estudian la posibilidad de fijar una cuota de importación o bien subir los aranceles de importación del 20 al 55 por ciento. Esto ha generado alerta en Mendoza por las represalias por las consecuencias que pueda tener.
la relación comercial bilateral encontró un nuevo motivo de conflicto al conocerse la posibilidad de que la presidenta Dilma Rousseff aplique medidas que frenen el ingreso de vinos importados, a los efectos de impulsar la incipiente producción vitivinícola local.
«Llegó la hora en que los grandes productores del Brasil construyan la condición para que se consolide el sector de vinos finos: o se establece o desaparece», sentenció al respecto el director del Instituto Brasileño del Vino (IBRAVIN), Carlos Paviani.
De acuerdo con lo informado por el diario Folha de Sao Paulo, que reproduce hoy el diario Clarín, las autoridades brasileñas estudian la posibilidad de fijar una cuota de importación o bien subir los aranceles de importación del 20 al 55 por ciento.
Paviani expresó su disconformidad con una suba de aranceles y se mostró partidario de «restricciones cuantitativas», es decir un número máximo de botellas, y dijo en ese sentido que eso «no es proteccionismo, es una medida legal, prevista en la ley». «No es para sacar a los vinos importados de la estanterías, lo que queremos es participar del crecimiento del consumo», añadió.
por Medios