No le resultó sencillo, pero al final se sacó la mufa de no sumar puntos gordos fuera del Gigante. Central renovó además la ilusión de seguir codeándose en el nivel premium de la categoría.
No le resultó sencillo. Pero al final se sacó la mufa de no sumar puntos gordos fuera del Gigante. Central renovó además la ilusión de seguir codeándose en el nivel premium de la categoría. Lo hizo con el respaldo marcado de su sacrificio físico y una gran entereza mental cuando todo parecía indicar que se venía la tercera saga de derrotas de manera sincronizada. El canalla plantó ayer en este lejano pago sureño la bandera de la victoria tras aprovecharse además del endeble presente y complicado futuro de Guillermo Brown, mediante un laborioso 3 a 1 que supo conseguir.
Venía torcido en materia de visitante. Y para un equipo como el auriazul, que tiene la necesidad y urgencia de saltar de categoría al final de la temporada, podría terminar siendo nocivo mostrar vulnerabilidad lejos de los límites de Arroyito como venía sucediendo hacía cinco presentaciones.
Pero ayer la historia fue bastante diferente. Central logró escribir su capítulo en la página dulce de las victorias. Le costó, es cierto. Sobre todo cuando parecía que el mundo se le iba a desplomar a los 10′ de acción. Pero el Melli García le desvió un penal más que dudoso a Tevez y desde allí para adelante todo cambió para bien para el conjunto de Pizzi. Aunque el hecho de haber terminado desahogándose internamente es lo que cuenta hoy en día por Arroyito.
Sobre todo porque el plantel se debía sacar una espina así, ya que venía sufriendo dolorosas heridas fuera su terruño.
En cuanto al cotejo en sí, hay que contar que Central tardó un poco en mostrar su furia. Esperó agazapado durante varios minutos porque Guillermo Brown, que sigue su camino cuesta abajo en la tabla de los promedios, lo arrinconó de movida y levantó algunos interrogantes.
Pero el punzante abanico de volantes externos que plasmó Pizzi (Biglieri y Ricky Gómez) en Puerto Madryn fue determinante.
Porque a la hora de la recuperación fue amo y señor. Y ni hablar cuando hubo que encender la máquina para la gestación de juego.
Ahí fue de menor a mayor, pero basó su producción en serie en todo momento. Y así se fue al descanso en ventaja con el grito sagrado conseguido por Saviolita Biglieri, a los 18′, tras una buena habilitación de Medina.
Fue así que lentamente Central comenzó a hacerle añicos el sueño de pegar el batacazo a los dueños de casa, quienes a pesar del transitorio empate vía Klusener (a los 9′ del complemento. tras una grosera falla del fondo auriazul), terminaron quedando secos por dentro y por fuera cuando Castillejos capitalizó con clase primero un penal que le habían hecho de Medina a los 15′, y luego culminó una interesante triangulación (de la que participaron Ricky Gómez y Monje) cuando ya transcurría tiempo agregado.
Con justicia
Central no se floreó, es verdad. Pero la balanza de la justicia se inclina con mucho peso a su favor a la hora de hacer una evaluación sobre los merecimientos porque fue el que propuso en todo instante un plan serio para llevarse una victoria, que lo sigue rotulando en esta loca carrera como candidato serio para soñar con el ascenso.
Fuente: La Capital