María Eugenia Vidal y el vicepresidente de la Legislatura, Cristian Ritondo, recibieron al ex jefe de gobierno José María Aznar en Buenos Aires. La firme sintonía ideológica y los jugosos aportes para la futura campaña electoral.
Esta vez nadie le preguntó sobre las causas del atentado terrorista que terminó con 191 muertos y 1858 heridos en la estación madrileña de Atocha, durante la mañana del 11 de marzo de 2004. Tampoco nadie se animó a preguntarle por qué buscó culpar al separatismo vasco de un atentado, que finalmente se adjudicaron yijadistas islámicos y que desembocó en una derrota electoral histórica contra su reelección como jefe del gobierno español. Han pasado ocho años del fatídico 11-M que terminó con su gobierno, pero para el ex presidente José María Aznar todos esos recuerdos son parte de un pasado que sus anfitriones porteños eligieron no mencionar para que el viejo heredero del franquismo pudiera cerrar, sin sobresaltos, el segundo “campus” de la Fundación para el Análisis de los Estudios Sociales (FAES) que se realiza dentro del viejo Concejo Deliberante.
Rodeado por la vicejefa de gobierno porteño, María Eugenia Vidal y por el polémico vicepresidente primero de la Legislatura, Cristian Ritondo, el ex presidente español buscó mostrarse como un estadista y se dedicó a hablar sobre América Latina: “Hoy estos países ocupan un lugar central. La transferencia pacífica de poder entre gobiernos de distintos signos ha dejado de ser excepcional. Las economías latinoamericanas se han incorporado al proceso de globalización. Muchos de estos países han aplicado políticas que han disminuido la pobreza y han elevado a la clase media”, dijo el ex mandatario ibérico sin decir una sola palabra sobre la Argentina. Para el hombre, que desarrolla sus actividades con el generoso aporte de la diplomacia norteamericana, los escenarios de la prosperidad tienen que ver con países como Chile, que enfrenta una crisis educativa sin precedentes, o con Colombia, asolada por una guerra civil que ya cumplió cuatro décadas.
Para él, “el potencial de esas economías les ha permitido salir airosas de la crisis internacional. América Latina es más democrática, más próspera y tiene una oportunidad inmejorable para su futuro”. “El acercamiento de las políticas que defienden la libertad y la democracia necesitan más espacios de diálogo y por tanto, más que nunca debemos trabajar unidos dentro de la familia iberoamericana, esto lo podemos lograr y fundaciones como FAES pueden contribuir a ello”, dijo el ex mandatario que, en la actualidad, es uno de los lobbistas privados más influyentes y famosos del país ibérico que ahora tiene más de 5 millones de desocupados.
Esa realidad no formó parte de los elogios que le dedicaron Vidal y Ritondo, las dos principales autoridades de la Legislatura que se mostraron convencidas de protagonizar un evento internacional sin precedentes, con una serie de debates que, como era previsible, buscaron denostar a la Venezuela de Hugo Chávez. Mientras tanto, la fundación de Aznar volvió a comprometer jugosos aportes provenientes de Madrid para el financiamiento de la Fundación Pensar, que desarrolla toda la futura campaña presidencial de Macri, bajo el auspicio de la embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires.
Fuente: Tiempo Argentino