MADRID.- El deterioro de la economía española desafía día tras día sus propios límites. Al creciente desempleo, que ya afecta a 5,2 millones de personas, y a la caída sin freno de la producción y el consumo se agregó, este fin de semana, un fuerte grito de protesta que generó en las calles españolas inevitables comparaciones con la debacle vivida por la Argentina a fines de 2001.
«Banqueros, ladrones, devolvernos los millones» o «Manos arriba, esto es un corralazo» son dos frases que resonaron anteayer en 12 ciudades de España, en boca de unas 30.000 personas, muchas de ellas jubilados, que protestan desde hace semanas por haber sido «engañados» por los bancos donde invirtieron sus ahorros.
Las marchas, que tuvieron mayor afluencia en las comunidades autónomas de Galicia, Cataluña y Aragón, se originaron en la negativa de varias entidades bancarias nacionales y regionales, y en especial las cajas, a devolver los montos exactos de dinero que cerca de un millón de españoles invirtieron en los llamados «productos tóxicos» ofrecidos por los bancos.
EL FIN DE LA BURBUJA
Estas modalidades de inversión, que van desde los llamados «swaps» inmobiliarios hasta las participaciones preferentes, pasando por la adquisición de deuda subordinada, fueron acercadas a los clientes de los bancos durante el estallido de la burbuja inmobiliaria de 2007.
En ese momento, cuando el país aún disfrutaba de los últimos meses de prosperidad, aquellas propuestas fueron vistas por los clientes de los bancos como opciones atractivas para cuidar y ampliar sus ahorros.
Pero la irrupción de la crisis financiera nacional e internacional terminó por diezmar el dinero depositado en cuestión de meses. Y, según denuncian los propios damnificados, este despojo se llevó a cabo sin que los ahorristas fueran notificados debidamente de que podrían quedarse sin sus inversiones en caso de que la situación del sistema financiero sufriera una parálisis.
De acuerdo con la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros de España (Adicae), los bancos y las cajas locales cometieron un abuso de confianza, en especial con sus clientes más antiguos, al ofrecerles hacer depósitos con renta variable e ilusionarlos con que se trataba de una inversión segura y redituable.
Pero luego la mayoría de estos pequeños inversores, en gran parte jubilados, se encontraron con que el 50% o más de su dinero se había esfumado junto con la prosperidad de España.
«Muchos son jubilados que tenían sus ahorros en renta fija. Y cuando les ofrecieron esto lo aceptaron, confiando en quienes se lo daban. Pero como carecen de conocimientos financieros ahora deben asumir pérdidas», dijo Carlos Arjona, vocero de esa entidad de defensa de los ahorristas en Extremadura.
La indignación con la «letra chica» de los contratos firmados y la falta de respuestas concretas sobre el futuro del dinero depositado trajeron a la memoria de muchos manifestantes el «corralito» argentino, invocado en todas las marchas celebradas anteayer entre el ruido de silbatos y cánticos que daban cuenta de la «estafa» de bancos y cajas.
Durante la protesta, los damnificados les reclamaron a los bancos medidas urgentes y la apertura del diálogo para buscar una solución. Este pedido fue impulsado luego de que muchos clientes rechazaron las propuestas de algunas entidades bancarias, que pretendían devolver el dinero a través de la concesión de créditos con el 7% de interés o canjearlos por acciones.
Pero las soluciones sugeridas muy pocas veces contemplaron la devolución íntegra e inmediata del dinero, lo que sólo ha logrado hasta el momento que la indignación aumente en simultáneo con el número de manifestantes de las movilizaciones anticorralito, quienes hasta hace pocas semanas apenas se contaban por decenas.
Y mientras el dinero sigue sin aparecer, los motivos para que se profundice el conflicto entre bancos y ahorristas se acumulan: se estima que la inversión en productos tóxicos que está en riesgo asciende a 60.000 millones de euros.
«Se puede decir que ningún ahorrista está libre de convertirse en víctima. Cada semana se conoce un nuevo caso de maltrato, abuso o engaño al ahorro de las familias», afirmó Manuel Pardos, presidente de Adicae, la entidad desde donde esta semana se seguirá promoviendo la resistencia al «corralito» del que España quiere despojarse.
DESMIENTEN UN PACTO CONSERVADOR
PARIS (AFP).- El gobierno alemán desmintió ayer que hubiera un acuerdo entre los jefes de gobierno conservadores de Alemania, Italia, España y Gran Bretaña para no reunirse con el candidato socialista francés, François Hollande, como había informado la revista Der Spiegel. Pero confirmó que la canciller alemana, Angela Merkel, no tenía prevista ninlanacion.com.arguna reunión con él.
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