Luego de hacer saber su disidencia en torno a las decisiones de Prat Gay y Pérez al frente de la Coalición Cívica, la diputada señaló que «estoy trabajando en silencio, prefiero no aparecer hasta después de la Pascua».
Como si hubiese sentido en todo su cuerpo el vigor del fracaso, Elisa Carrió se replegó tras las elecciones.
A meses de éstas, luego de hacer pública su disidencia en torno de la dirección de la Coalición Cívica, reapareció: «estoy trabajando en silencio, prefiero no aparecer hasta después de la Pascua», manifestó en una entrevista con un matutino porteño.
Carrió se refirió a lo ocurrido en la estación ferroviaria de Once: «no hay gobierno; lo único que hay es un relato. ¿Dónde están los subsidios millonarios que se le otorgaron a TBA? ¡Se los robaron! ¡Se los robaron entre los Cirigliano, los Kirchner y Julio De Vido! Entre ellos vaciaron los ferrocarriles. No tienen derecho a hacer lo que hicieron, de provocar la muerte de gente que, seguramente, los votó».
Lejos de cualquier autocrítica, la ex candidata a presidente indicó que «el único error, no mío, de todos, fue haberle hecho creer a la gente que con un Congreso opositor íbamos a sacar leyes. Eso era imposible por el veto presidencial. Pero frenamos el avance kirchnerista. Y eso lo logré yo, acarreando a los demás bloques».
«Tengo diferencias con el partido. No es momento de dejar la lucha contra la corrupción, una corrupción que mata, como quedó demostrado hoy», expresó en alusión a Alfonso Prat Gay y Adrián Pérez, que la desplazaron del frente de la fuerza .
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