El ciclo de Ramón Díaz en Independiente obliga a poner la lupa sobre los técnicos mejor valuados del fútbol argentino. La mayor parte de ese grupo selecto no pudo en estos últimos años justificar el valor de sus contratos por los traspiés deportivos
Cuatro jugados, cuatro perdidos y renuncia. Ese fue el derrotero oficial de Ramón Díaz en Independiente en el inicio de un 2012 que ya dejó en el camino a cuatro técnicos del fútbol argentino de Primera División.
El riojano, uno de los más prestigiosos del ámbito local es, también uno de los más costosos: su última contratación en el club de Avellaneda fue por un año y medio a cambio de 700 mil dólares.
El equipo no sumó puntos en las primeras cuatro fechas del torneo, está último en la tabla de posiciones del Torneo Clausura y Ramón dejó su cargo cuando aún no llevaba 6 meses en el cargo.
Díaz forma parte del selecto grupo de entrenadores argentinos que a fuerza de épocas de bonanza deportiva pueden sentarse a negociar contratos con varios ceros. Sin embargo, los últimos tiempos han puesto en el centro de la escena la capacidad de éstos, producto de la tendencia a dejar sus puestos por no lograr los objetivos planteados.
El último título ganado por un equipo dirigido por Ramón fue en 2007 cuando ganó el Clausura con San Lorenzo. A partir de allí dirigió al América de México (2008-2009), San Lorenzo (2010-2011) e Independiente (2011-2012). De todos se fue por los malos resultados y sin haber conseguido título alguno.
La solución a los problemas del «Rojo», dicen, parece ser ahora el regreso de Américo Rubén Gallego, técnico al que el club de Avellaneda le adeuda una importante suma de dinero que, entre otras cosas, contiene los 600 mil dólares de su último contrato que no fue acompañado con resultados.
Hace 6 años ganó su último título en tierra azteca, cuando en 2006 se coronó campeón con el Toluca de México. Luego pasó por Tigres (2007-2008), Independiente (2009-2010) y Colo-Colo (2011). ¿El motivo de sus alejamientos?: los malos resultados.
Por el mismo camino transita Miguel Ángel Russo: su exitoso paso por Boca en 2007 no fue acompañado en sus siguientes pasos por San Lorenzo (2008-2009), Rosario Central (2009), Racing (2010-2011) y Estudiantes (2011). Luego de ganar la libertadores con el equipo «xeneize» fue candidato hasta para dirigir a la Selección. Sin embargo, sus últimos cuatro años como DT fueron de mal en peor. Sin embargo, su último contrato rondó el millón doscientos mil dólares por el plazo de un año.
El caso de Diego Simeone también es para analizar: su primer gran «hito» como DT en la Argentina fue cuando ganó el Apertura 2006 con Estudiantes. Después, ganó el Clausura 2008 con River Plate, equipo al que en el siguiente torneo lo dejó último y transformó esa campaña en el gran lastre que terminó con el descenso del «millonario», en junio pasado. Luego fue contratado por San Lorenzo (2009-2010), Catania (2011), Racing (2011) y Atlético de Madrid en la actualidad. Sólo en el club italiano cumplió con el objetivo deportivo propuesto, que fue salvarlo del descenso. En el resto –con excepción de su actual ciclo- debió irse por no poder cumplir con las metas deportivas. Para negociar con «El Cholo», sin embargo, cualquier equipo argentino debe sentarse con, por lo menos, un millón de dólares.
Por último, Alfio Basile y Ricardo Lavolpe. En su larga carrera deportiva, «Coco» tuvo como momento culmine de su carrera como entrenador su paso por Boca en 2006, cuando ganó todo lo que jugó. Luego, tanto en la selección argentina como en su actual Racing Club, los resultados lo acorralan. El Torneo Clausura 2012 encuentra a «La Academia» con 2 puntos de 12, en el anteúltimo puesto de la tabla. Aunque la cifra de su contrato no se hizo pública, se sabe que la misma habría sido de varios ceros, acorde a lo que indica su prestigioso nombre.
Ricardo Lavolpe firmó en Banfield un contrato de un año, a razón de unos 65 mil dólares por mes. Desde su primera –y fatídica- experiencia como entrenador en la Argentina, que fue la de Boca en 2006, «El Bigotón» pasó por Vélez (2007), Monterrey (2008), Atlas (2009), Selección de Costa Rica (2010-2011) y Banfield (2011). La puerta de atrás fue la que lo despidió en todos los casos, con resultados llamativamente magros para un hombre que suele ser tenido en cuenta tanto por clubes como por seleccionados. Sus logros deportivos desde la línea de cal lejos están, habitualmente, sus convenios económicos.
En toda esta historia cierto es que la variable jugadores no es menor. Aunque muy difícil de probar, en no pocas veces suelen rodearse de una estela de desconfianza respecto de la fidelidad con el entrenador de turno a la hora de «transpirar la camiseta» para sostenerlos.
Sin embargo, los resultados a través del tiempo obligan al debate sobre la capacidad-actualidad-picardía de varios pesos (o dólares) pesados del rubro entrenadores, que en la cancha pierden más de lo que ganan, pese a que en el bolsillo ganan más de lo que pierden.
Fuente: Infobae