BUENOS AIRES y SANTA ROSA (NA) — Con bloqueos en dos rutas que comunican a Mendoza, pobladores, ambientalistas, artistas, diputados y funcionarios pampeanos reclaman contra la interrupción del río Atuel que provocó, según los promotores de la protesta, la desertificación y un masivo éxodo de habitantes del oeste provincial.
El piquete principal –compuesto por unas trescientas personas– se estacionó a un kilómetro de la localidad de Santa Isabel, unos 490 kilómetros al oeste de la capital, Santa Rosa.
Las rutas afectadas son la 143 y la 10, con cortes cada media hora.
La actividad comenzó a las 6.30, con una ceremonia de lonkos mapuches que pidieron autorización a la «madre tierra» para la manifestación.
Además de detener a conductores y entregarles folletos para concientizarlos sobre la importancia de contar con el curso de agua «robado» por Mendoza, hay números artísticos. Para la noche, estaba prevista una peña, donde los participantes interpretarán el extenso repertorio del folclore pampeano dedicado a los ríos.
Antecedentes. En 1947, con las obras del dique El Nihuil (Mendoza), cesaron los últimos escurrimientos del Atuel hacia La Pampa. De sus cinco brazos, sólo queda activo el Arroyo de la Barda. Prácticamente, desapareció un humedal de casi un millón de hectáreas.
Cuatro décadas después (1987), la Corte Suprema de Justicia de la Nación consagró la interprovincialidad del río, pero los ribereños pampeanos aún esperan el regreso del vital elemento.
En su réplica, Mendoza argumenta que el fallo autoriza a regar 72.150 hectáreas y que ese cupo todavía no está cubierto. La Pampa, a su vez, sostiene que no se garantiza un mínimo fluvioecológico.
Más cerca en el tiempo (2008), los gobernadores Oscar Jorge (La Pampa) y Celso Jaque (Mendoza) firmaron, junto a Cristina Fernández, un convenio que dispone un caudal mínimo para La Pampa y una serie de obras en el sur mendocino.
Ese compromiso, fuertemente resistido por los legisladores cuyanos, no fue ratificado y el corte del río Atuel persiste.
En los primeros días de 2012, la Universidad Nacional de La Pampa entregó un cálculo preliminar sobre las pérdidas económicas generadas por la situación.
El estudio –elaborado por unos 35 profesionales a partir del análisis de los bienes y servicios ambientales y la cuantificación de pérdidas económicas por la carencia del escurrimiento– determinó pérdidas multimillonarias.
Fuente: http://www.lanueva.com