El crucero MSC Armonia, en el que una camarera falleció por una grave afección respiratoria provocada por el virus de la gripe B y otras siete personas debieron ser atendidas por los mismos síntomas, continuó con su recorrido pactado y hoy a las 9 llegará al puerto de la Ciudad de Buenos Aires. Según trascendió, la Dirección Nacional de Sanidad de Fronteras junto a infectólogos y epidemiólogos hará una inspección cuando el barco arribe para constatar que no haya riesgo de contagios. Estará presente el ministro de Salud nacional, Juan Manzur.
La embarcación amarró ayer en Montevideo y siete tripulantes fueron derivados a una clínica por orden del médico de la compañía para que les hicieran estudios. Sin embargo, todos recibieron el alta. El gerente general del Hospital Evangélico, Luis González Machado, señaló que “fueron evaluados con estudios clínicos y paraclínicos y no se constató ningún elemento de gravedad”. La tasa de mortalidad por el virus de la gripe B es muy baja. En Argentina, no representa un alerta porque hay vacuna.
El sábado 15, la tripulante Fabiana Pasquarelli fue desembarcada del mini crucero de tres noches en Santos (Brasil) por motivos médicos y fue llevada al hospital local Ana Costa. Falleció el viernes debido a complicaciones respiratorias. Según trascendió, Fabiana, que tenía 30 años y trabajaba como camarera, murió bajo un cuadro de influenza tipo B.
Tras el episodio, la Agencia Nacional Brasileña de Salud y Sanidad autorizó al barco a retomar sus actividades “normalmente”, por lo que siguió con su recorrido hasta llegar ayer a Montevideo. Alertada por el caso, el área de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública de Uruguay había asegurado que sólo autorizaría el descenso de los 2.000 pasajeros si certificaba que no había “riesgo de contagio”. Tras una inspección, la gente bajó en la capital uruguaya y hoy lo hará en Buenos Aires.
Las autoridades de la compañía MSC aseguraron que intensificaron la limpieza en el crucero y que se desinfectan picaportes, pasamanos y barandas una vez por hora. Algunos de los pasajeros contaron que el clima a bordo era normal, que no hubo miedo, pero se quejaron de no haber sido informados.
Fuente: La Razón