Funcionarios argentinos y brasileños acordaron abrir un compás de espera de 20 días, para evaluar el funcionamiento del nuevo sistema de control de importaciones que implementó el Gobierno la semana pasada.
Beatriz Paglieri, secretaria de Comercio Exterior; Débora Giorgi, ministra de Industria; Ricardo Echegaray, titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP); Eduardo Bianchi, secretario de Industria y Luis María Kreckler, embajador argentino en Brasil, se reunieron ayer con Tatiana Prazeres, secretaria de Comercio Exterior de Brasil.
Ese encuentro se produjo luego de que la funcionaria brasileña manifestó la semana pasada la «preocupación» del Gobierno de Dilma Rousseff por el sistema de ventanilla única o Declaración Jurada de Anticipo de Importaciones (DJAI), que implementaron en forma paralela la AFIP y Guillermo Moreno, secretario de Comercio Interior.
Al finalizar el encuentro, Prazeres aseguró que pidió «explicaciones» y que las respuestas de los funcionarios locales la satisficieron.
Lo mismo había sucedido con Paulo Skaf, presidente de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (FIESP), durante su visita del jueves pasado.
Por su parte, los importadores argentinos manifestaron que hasta ahora el sistema funciona bien y que no se impidieron operaciones que tuvieran los papeles en regla.
Durante la reunión, Giorgi planteó el tema del déficit bilateral, que llegó a 5.800 millones de dólares el año pasado. La funcionaria explicó que la mayor parte de ese saldo negativo se registra en el sector autopartista, unos 3.700 millones de dólares. Al mismo tiempo, Brasil tiene un déficit en ese mismo sector, pero a nivel global, que alcanza los 25.000 millones de dólares. Con ese escenario, los funcionarios de ambos países acordaron conformar una comisión que acodará «criterios uniformes» de intercambio.
Ese órgano estudiará los costos de las autopartes para buscar opciones regionales a las piezas que las casas matrices traen del exterior.
En 2011 se produjeron 828.771 autos en Argentina y se vendieron 857.983 unidades en el mercado interno, en los dos casos fueron máximos históricos. Pero el déficit comercial del sector automotriz cerró en ocho mil millones de dólares, lo que representa el 80 por ciento del superávit comercial en el mismo período.
Para Giorgi, «ambos gobiernos deben impedir que las empresas multinacionales sigan tomando decisiones de acuerdo a la renta global, buscando licuar las crisis de sus países de origen».
por NOSIS